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El río Pánica casi inunda Tambor


Me desperté con el ruido de la lluvia, y la verdad es que salvo algunas paradas, así estuvo todo el día. Extraña lluvia por este sitio del mundo, porque no hubo, o al menos yo no la escuche, rayería. Estaba solo (habían ido a San José a por una moto nueva) y aquí estuve todo el día. Ni siquiera a ver el atardecer, me acerqué. Ya al oscurecer, pongo las noticias de Tambor (Facebook, como no) y leo lo que sigue (copio literalmente):

17:05 Atencion vecinos de Tambor, estar pendientes del caudal del rio Panica ya que esta llegando casi al limite del muro, estar muy pendiente principalmente aquellos que viven cerca de la desembocadura y alrededores.

17:53 Se informa que viene en camino la policia de Cobano y el intendente de la Munipalidad de Cobano a verificar el nivel del Rio Panica ya que esta subiendo bastante.

18:24 Ya llego la policia a inspeccionar el rio, igualmente ya se informo a la comision nacional de emergencias informandole de la situacion, espero pronto empieza a bajar.

18:37 Se informa a los vecinos del pueblo de Tambor , el Muelle y Panica que en caso de cualquier emergencia ya sea inundacion de rios, algun puente caido o algun desastre natural comunicarse con el señor Eduardo Gonzalez Cordero de Cabinas Cristina al Tel 26-83-00-28 que actua como enlace con la Comision Nacional de Emergencias.

19:02 Ya se abrio con un back hoe para que salga mejor el agua en la desembocadura y esta fluyendo mejor, igualmente estar pendiente la proxima marea alta y cualquier cosa estar informando de alguna novedad para activar la voz de alerta.

Ya era noche y no era como para acercarse, porque entre otras cosas, el camino por el que hacerlo no hace falta muchas lluvias para que esté inundado.
Hoy he esperado a la marea alta y he comprobado que no solo es Javier el exagerado de este pueblo. También es verdad que lo han abierto con un backhoe (retroexcavadora). La naturaleza es muy sabia, y cuando llega la época seca, las olas cierran la desembocadura, o casi, manteniendo con agua lo más dulce posible el manglar.


Son bastantes veces lo que lo he visto con más caudal, pero al igual que en todos los medios de comunicación oficiales (¿?) hay que creerse la mitad de la mitad, sino es justo lo contrario, que te están desinformando.


Otrosí: Me han traído un perico, paro rápidamente he dicho que se lo lleven. En un momento y estando yo en la computadora, me ha sacado dos teclas del mismo, teclas que no soy capaz de armar. Si echo de menos a la ardilla

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Primer torneo abierto de voleibol playa en Tambor de Puntarenas


Hace más de un mes que ya se hablaba de que se iba a celebrar en la playa de Tambor una competición de boleil playa, pero al igual que cada vez que va a ocurrir algo, yo al menos siempre lo pongo en duda, y bastante menos si te dicen una fecha. Para este evento que yo recuerde al menos me han dicho tres. Cuando vi que pasaron rotabato (chapulín por aquí, aunque busco y se trata de un insecto que me ha despertado muchas noches) a la playa, quitando el verde de las hiervas silvestres, ya me lo fui creyendo más. No solo una, dos o tres veces se lo pasaron.
No tengo ganas de acumulaciones de gente (sigo con mi diarrea mental), pero el sábado pasa alguien y me dice que a las nueve empezaba. Ni loco me lo creía puesto que el día anterior no había nada montado, pero cuando me acerco, me quedo admirado de con la celeridad lo habían ensamblado todo, y no solo eso, sino que ya estaban jugando. ¡No conocía playa Tambor!
Jugué de niño, pero es un deporte que nunca me ha llamado la atención, así que no fue mucho lo que tardé en volverme. Me jodieron mi puesta de sol/hora azul. Ni me acerqué por la playa.
Domingo: Se suponía que era la final, así que vuelvo a acercarme. Me llama la atención la poca gente que había del pueblo. Tampoco de Pánica. La mayoría de los asistentes eran me imagino de la organización, familiares de jugadores/as y puede que aficionados de verdad. No podían faltar los gringos.
Suponía que los ganadores eran los dueños de las cabinas, pero al parecer le han tenido que dar a los organizadores un buen puñado de perras.
Aun se estaban jugando partidos, y por el otro extremo desarmaban todo. A medio día fin del campeonato.
Ya se habla de que aquí se celebrara el Campeonato Centroamericano a lo que digo: ¡Virgencita de Lourdes, que me dejen como estoy!
Por la noche dije de irnos a comernos un ceviche a Pochote, cosa que hicimos, y al volver me hicieron apagar unas velitas, pero esa es otra cuestión.

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De lo que es natural al derroche


Andábamos en mi mesa de la playa haciendo cábalas, sobre si irnos o esperar un poco más. Gotas caían pero se podían soportar. Si aumentaban había que dar por hecho de que nos pondríamos chorreando.
Alguien se acerca por allí diciendo que esperaban a un camión de bomberos, para tirar una colmena de uno de los árboles del paseo. Nos acercamos a verla y efectivamente, era de un tamaño similar a una damajuana mediana, o sea que no llevaba allí un día ni dos.
No es mucho lo que tarda en llegar una dotación de bomberos, incluido un camión y una pick up. Dos de ellos se ponen unos trajes de castrar colmenas, sacan la manguera y de un cañazo destrozan la colmena y los restos caen abajo. Que no dudemos en llamar si tenemos un problema similar, nos dice, supongo que el jefe.
Una hora desde Paquera para venir y otra para volver. Combustible y demás gastos.
Por cierto uno de los bomberos al verme el cigarro en la mano, me advierte que las abejas acuden a los olores fuertes, a lo que le contesto que soy inmune contra ellas y contra las purrujas. Ya estoy hasta los cojones de ser un apestado.
Una vez vueltos a sentar en la mesa, los tertulianos, coinciden en su crítica: Toda la vida, para deshacernos de una colmena que podía ser peligrosa, hemos cogido una caña de bambú, le hemos liado un trapo viejo en la punta bañándolo con aceite o gasolina, y al llegar la noche las hemos quemado, no quedando ni una.
Por aquí se empieza.

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Cumpleaños de Vane y de Vero y matanza de una chancha


En realidad el asunto comienza dos días o tres antes del cumpleaños propiamente dicho. Que yo sepa se dan dos viajes a La Esperanza. El primero a tratar la compra del chancho, que luego resulto ser cancha. Segundo con un remolque a por ella, pero por tal autopista, el remolque se escoña, así que al siguiente, reparación del remolque y traída del pobre animal. Según me cuentan la velocidad a la vuelta es de un promedio de 10 Km/h.
La chancha entra en capilla, y al día siguiente a las seis de la mañana ajusticiamiento y preparación de lo que serían los interiores, sesos, hígado y demás con una salsa que estaba riquísima.
Viaje a la playa a por leña y sobre las cuatro de la tarde preparación de la fiesta propiamente dicha: mesas, asientos, colocación de bebidas duras y a hacer un fuego en el que se prepararía lo que es la carne propiamente dicha. Conjeturas sobre si llovería o no, cosa que al final llueve, razón por lo que hay que trasladar el fuego bajo techo.


Ya todo preparado a ducharnos y a vestirnos de fiesta. Estaba anunciada para las siete, pero ya van llegando invitados.
Llega Miguel con su equipo de música y lo instala, hay que animar la fiesta. Ya a esta hora había algunos estómagos, más llenos de Imperial que de carne.
La verdad es que no esperaba tanta gente. La chancha pesaba unos sesenta kilos (1.400 colones el kilo) o sea que supongo que lo que es carne no faltará. Aparte de la cerveza había bastantes botellas de Guaro, ron, whisky y otras. Hay quien prepara una sangría.
Algunos se animan a bailar aunque son los menos.
Llega el apagado de las velas y la verdad es que a partir de aquí la mayoría de los invitados se van yendo, aunque llegan los rezagados.
Al menos yo a las diez de la noche, me voy a la piltra.
Día siguiente: Recogida de basuras. Fregado de cacharros, baldeo, y hasta el año que viene.

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… y llegó nuevamente a Costa Rica


Todavía no le habíamos puesto la capota al Suzuki. Tampoco fue mucho lo que madrugamos puesto que cogíamos el ferry de las nueve. Travesía del golfo y digo de ir a buscar algunos libros. Buen cartel en la entrada de “Librería”, pero cuando me voy para la estantería donde ya había estado otras veces no veo ni uno. Le pregunto a la dependienta y me dice que ya no los venden. ¿Pero habrá algún otro sitio en Puntarenas que si lo hagan? Gesto de negativa y a joderse.
Continuamos camino.
Vanessa dice de parar en San Carlos. De verdad que pensaba en los libros así que le dije que sí. Total también teníamos que comer. Vanessa me lleva directamente a la casa de unos tíos suyos. La amabilidad con la que te acogen los ticos se sale de lo normal.
Ni que decir tiene que comimos allí. Un ceviche riquísimo y un casado de pollo. Le pregunto a la tía por una librería y nos orienta. No es que hubiera un gran surtido, pero por si acaso cojo cuatro.
Carretera. Me extrañaba ver todo tan verde, comparándolo con los alrededores de Tambor. Delante unos nubarrones negros, hasta que llego lo que tenía que llegar, la lluvia. Mientras íbamos a buena velocidad el parabrisas, nos protegía, pero al ponernos detrás de un camión, ducha que te crió.
Llegada al aeropuerto, y sorpresa, han abierto un restaurante en la espera de pasajeros. Antes no había ni donde sentarse.
Ya van las de no sé cuántas veces que el vuelo de Iberia se retrasa. Su llegada era a las tres menos veinte y no lo hace hasta las tres y media.
Llega Jose con un buen equipaje y nuevamente al carro. Le digo que conduzca el, pero toda la noche en autobús desde Granada a Madrid, mas once horas de avión, y dice que no durmió nada asi que es para estar agotado. Desde que salimos sigue la lluvia y Jose que se había sentado en el asiento trasero no estaba nada protegido así que a ponerse chorreando.
Menos mal que en Puntarenas no llovía, pero por la mierda del retraso del avión perdimos el ferry de las cinco así que a esperar el de las ocho y media.
Se tumbó en la cubierta y se quedó frito.
Por fin llegada a casa.
Que todo vaya bien.


El viaje no fue como para tomar muchas imágenes.

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Caballos en Playa Tambor y accidente de moto


La verdad es que verlos en la playa es bonito. No lo es tanto cuando vas de noche por la carretera y al salir de una curva te los encuentras.
Precisamente ayer, venia de Cóbano y justo después de pasar un badén, nos encontramos con una manada mezcla de cabras y ovejas, cosa rara por este lugar del mundo.
Ya he hablado del peligro que corren en especial las iguanas al cruzar la carretera, porque hay otros animales que van conduciendo carros y para ellos es una machada el contarles a sus amigos que le ha pasado justo por encima.
Yo creo que menos felinos y cocodrilos he visto toda clase de bichos atravesarla desde salvajes a domésticos. Un caso muy normal de estos últimos son las gallinas.
Hasta ahora solo había pensado en los pobres animalitos, pero anoche me llaman por teléfono diciendo que V… (La innombrable) estaba en el ambulatorio que había tenido un accidente y me puse en lo peor cuando vi que no estaba el carro, pero me aclaran que había sido con una moto y que ya la traían.
Desde pequeño había escuchado que cuando ves una pelota atravesar la carretera, toma todo tipo de precauciones porque detrás viene un niño, pero nadie dice que cuando veas a un niño atravesar una calle, mucho ojo porque detrás puede venir su perro y en el caso de V…, era bastante hermoso. Revolcón y magulladuras por todo el cuerpo. La verdad es que no hubo rotura de huesos, pero heridas como la que pongo a continuación, tampoco son muy agradables.


Si viajas por Costa Rica en especial de noche, te recomiendo que vayas con los cinco sentidos puestos en la carretera, porque aunque es verdad que nosotros les hemos usurpado el terreno en especial a los salvajes, pero al final perdemos todos.

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Réquiem por el gato sin nombre


Ya conté aquí su historia conocida y algo de la desconocida.
El sábado me extraño que a la hora de comer no se pusiera junto a mí, esperando que algo cayera. En caso de que no le echara nada, él se encargaba de empujarme con su pata, diciéndome que se encontraba allí esperando. Ya por la noche lo busque y siendo lo sobón que era, lo acaricie y no se levantaba. Le puse agua, hizo un esfuerzo, se puso de pie y estuvo bebiendo un buen rato. Comer, no quiso comer nada. No se le veían heridas.
El domingo no daba un duro por él, y el lunes en cuanto me levante y vi que seguía con vida, lo primero que hicimos fue llegarnos a Cóbano al veterinario. Lo auscultó delante de mí, y al tocarle en los riñones empezó a orinar sangre. Exactamente igual que cuando lo llevamos la primera vez, lo cual quiere decir que el animal, fuera humano o de los otros, que lo destrozó la primera vez, le dejo los riñones bien jodidos.
No era el mismo de antes. Se pasaba el día durmiendo y no insistía mucho para que lo acariciara.
Esta mañana llamaron advirtiéndonos que no se recuperaba y esta tarde la definitiva, que había muerto. No era el gato de las siete vidas.
Ha muerto sin que ni siquiera le pusiéramos nombre. Lo llamábamos gato.


Entre Rolo y Carlos le han hecho su tumba donde esta noche cuando lo traigan lo enterraremos.


R.I.P.

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Semana Santa en Tambor de Puntarenas


Ha sido una semana rara. Lo principal es que los antidepresivos parece que me están haciendo efecto, aunque la ansiedad no termina de irse.
Por pura coincidencia, hace un par de días estuve hablando con gran parte de mi familia a través de Skype. Parece como si se hubieran puesto de acuerdo. La verdad es que fue una buena inyección de serotonina fluyendo entre mis neuronas.
También me han ocurrido cosas desagradables, como el intercambio de unos mensajes por la puta herencia, la cual ya la doy por perdida.
Bueno, hoy es sábado y se nota, y bien, que está acabando la semana santa. Esta parte de Costa Rica, tiene el inconveniente de que para regresar a la civilización hay que coger el ferry, y se formen colas kilométricas para hacerlo. Si has quedado fuera aunque hayas quedado el primero de la cola, tienes que esperar horas para embarcar en el siguiente, razón por la que algunos dan una vuelta por Playa Naranjos hasta llegar al puente de la amistad, puente construido por Taiwán cuando las relaciones comerciales eran con este país (¿Qué fue de él?), y ahora como es lógico son con China que al paso que va, comprara parte de Latinoamérica, al igual que está comprando África.
Jamás había visto tanta gente por aquí. No solo estaba lleno el camping de aquí, sino también el de Pochote, pero lugares de difícil acceso, como el arbolito, y la misma playa de Tambor, estaban llenas de tiendas de campaña. Para mí esto es un inconveniente, porque coger una mesa es una verdadera aventura, pero siempre había algún conocido que me ofrecía asiento.
En lo religioso, solo el viernes hacen un vía crucis en la que las estaciones están marcadas por unas mesas vestidas de blanco con unas flores encima. Yo solo vi dos, para nada las quince que parecen ser ahora. Claro que si ponen todas tienen que llegar hasta Paquera.
Gente en la playa, mucha jugando al voleibol, y muchas mejengas (partidos de fútbol informales por aquí). Tienen sus reglas para que vayan saliendo unos y entrando otros.
Creo que es el único país del mundo que se prohíbe la venta de alcohol el jueves y el viernes, aunque también creo que son los días que más se bebe. Aparecen vendedores de cerveza clandestinos por todas partes. Por cierto, una curiosidad, Costa Rica, después de Alemania es el mayor consumidor de cerveza, por cápita, por supuesto.
Precisamente como consecuencia de la cerveza, o del guaro, da igual, en una de las mejengas, se formó un pleito, que gracias a un gorila, no llego a las manos, al menos mientras duro el partido, pero el acosador no se había quedado conforme y cuando desapareció el sol y dejaron de jugar y todos se iban, volvieron a engancharse y de un solo puñetazo dejo a su víctima echando sangre por las narices y tumbado en el suelo.
Se acabaron las fiestas, se acabó la pesca, y a esperar las lluvias, que aunque me dicen que ya mismo empiezan, y que con ellas viene el pescado, según mis datos, estadísticamente en el mes de Abril, no cae una sola gota.

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De corralitos, borrachera de guaro, luna llena y lapa


Decidí tomarme el antidepresivo por la noche en vez de hacerlo por la mañana. No comprendía que me despertara bien y después de tomar la dichosa píldora, la ansiedad me subiera por las nubes, y no sé si será cuestión psicológica o es que había acertado, que ayer por la mañana me encontraba bastante bien. No me lo pienso y decido ir a Cóbano. Tenía que sacar dinero, comprar más píldoras, comprarle pienso al gato y algo más. Cóbano está en el interior y no corre ni pizca de aire, así que hacia bastante calor.
Al carro después de pasar la RTV, no le hemos puesto la capota y cuando volvemos se agradece. Llegada y a comer. Me hecho un poco y después me pongo delante de la computadora y veo las alertas. En la primera estaba el vídeo que encabeza esta entrada (es de fecha 25/03/2013). . No sé si sería porque estaba medio dormido o porque la cosa es deprimente, pero cojo un cabreo ansioso que estallaba. Decido no ir a ver el atardecer, pero después lo pienso y me digo: ¿Y que gano con esto?, así que a la ducha y me voy para la playa.
Con esto de la semana santa, ya están llegando los turistas nacionales y no esperaba encontrar una mesa vacía. Me siento con Cinia, que andaba con una camiseta de España, le pregunto que por qué eso, y me dice que España le ha ganado a Francia. Me imagino a todos los españoles de fiesta y sin pensar en lo que se nos avecina.


Los que estaban sentados en mi mesa, se van y me voy para ella. No tarda en pegárseme Vallejo. Estaba de guaro hasta las cejas. Antes de que me lo pida le doy un cigarro, que si lo veis en el video, no consigue encenderlo. Se sienta el loco II y un par de ellos que no conocía. La verdad es que entre observar a Vallejo y escuchar las paridas del loco, me voy olvidando de mis mierdas mentales.


Desde que incendiaron una de las montañas que rodean la bahía, las lapas están locas. No paran de pasar en un sentido y en otro, pero ayer una se paró en el malinche que nos cobija y le saque una buena foto.


Aunque hoy es la luna llena, ayer lo parecía y también la fotografió por si hoy hay nubes y no puedo hacerlo. Ahora está saliendo justamente por el centro de la entrada a la bahía. O sea que o hemos pasado o estamos cerca del equinoccio de Marzo. Intente fotografiarla justo cuando delante estuvieran unos caballos que por la playa estaban pastando.
La verdad es que Volví muy relajado. Intente ampliar información sobre lo que pasara en España pero me dije: A freír espárragos, se lo tienen tan bien estudiado que nada se puede hacer, pero me vienen a la cabeza el despilfarro de las autonomías, los coches oficiales, los asesores de los políticos, la corrupción, y paro de contar porque si no retrocedo.

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Incendio del bosque encima del muelle. Tambor de Puntarenas


Que ha sido un incendio provocado es seguro. Ayer al menos conté siete focos, casi todos coincidiendo a la misma altura. Pocas veces había visto un viento tan fuerte y precisamente soplando hacia la parte alta de la montaña. Hoy esperaba encontrármelo todo calcinado, pero curiosamente solo ardía uno y más bajo que los de ayer. Quien/es pretendieran lo que fuere, no lo han conseguido.
Habría que hablar largo y tendido, sobre el muelle y las montañas que lo cobijan. Desde que llegué a este pueblo se decía que en el iban a hacer una marina (puerto deportivo). Pocos refugios hay en Costa Rica como Bahía Ballena para hacerlo. Primer inconveniente, pegando al mismo sobre un camino de tierra viven todos los pescadores. Ya en su día puse una entrada con un video que se ven varias de ellas.




De todas formas vuelvo a colocar algunas que puede que den una idea del conjunto. Se puede observar que no son mansiones, ni nada que se le parezca, pero ahí viven y ahí tienen su medio de vida.
Con la nueva ley de costas, todas son ilegales. Desde la marea alta hasta cincuenta metros tierra adentro, no se puede construir absolutamente nada, pero a ver quién le pone el collar al perro. Bastante cerca hay un hotel y viviendas que están en las mismas condiciones, pero con la salvedad de que estas son de los gringos. Hablaron de que les iban a dar tierras para que se construyeran sus casas, pero bastante alejadas. ¿Y sus pangas? ¿Se las llevarían con ellos o las dejarían en el muelle? Hace un año le dieron un límite de dos para que se fueran. A nadie veo nervioso.
En la parte alta, posterior de las montañas, (serian el segundo lagarto, porque su silueta se asemeja bastante a dicho animal), Unos dicen que un holandés, otros que los Barceló (españoles) o vete tú a saber quién, ha abierto un acceso para construir en la parte superior. Las vistas serian preciosas, pero por otra parte, existe una institución, llamada MINAET, que no deja cortar ni las hierbas, bueno en realidad según la especie de árbol, lo dejan cortar si no ha llegado a determinado diámetro, y otros protegidos, bajo ningún concepto. Todos, tanto los que venden los lotes, como los que los compran, . Yo he visto hacer verdaderas talas.
Deducción: Estos elementos se han querido pasar los permisos por allí mismo, pero les ha salido el tiro por la culata. Tampoco comprendo el por qué no ha ardido todo.

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Vuelta ciclista en Tambor y emigrante en España


La verdad es que el que se aburre en Tambor es porque quiere. Ayer me lo dijo Diego, que una vuelta ciclista a la Península de Nicoya, hoy tenía su llegada aquí donde pernoctarían y mañana seguirían para Playa Coyote. Mi pregunta estúpida: ¿A qué hora llegan? Al igual que cuando la , me dice a las once, y yo como un idiota a esa hora estaba en la playa. No me entero de que son las once de Costa Rica y que puede ser cualquier hora del día.
Veo el camping bastante lleno y alguien me dice que todas las cabinas del pueblo están ocupadas. Están inventando el turismo nacional.
De vez en cuando veía llegar alguna bicicleta, pero el tío del altavoz (los parlantes) no paraba de decir que ya venía el pelotón compuesto de unas cuarenta personas (la verdad es que entendí cuatrocientas pero quiero creer que el que escuchó mal fui yo). Cuando dice que ya había pasado por el hotel, tome posición para gravarlos. Pasa el tiempo y siguen llegando de uno en uno y de vez en cuando un par de ellos. Me extraña que algunos vengan en carros. Al parecer el calor no los ha dejado acabar. Ni pelotón ni puñetas. No me he enterado cuando a acabado la carrera, el paseo o lo que sea.


Coincidiendo con la carrera, ha llegado al pueblo una nicaragüense que ha venido a ver a una amiga. He charlado con ella. Emigró de su país a Costa Rica, estuvo trabajando en Malpaís, y obtuvo la residencia, pero quería más y emigró a España, es un decir, porque aterrizó en Cataluña donde para obtener la residencia, tuvo que aprender catalán. No le he querido preguntar que en qué trabaja, pero me da la impresión que cuida a alguien. Quince días para visitar a amigos y familia que dejó aquí y la familia de su país, después vuelta a España.
Su opinión es que los catalanes no quieren separarse de España, la cual le encanta.
Algunos tendrán que ir aprendiendo.

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Pelícanos a la caza de la sardina


Ya ha pasado, o está pasando, la pesca del dorado. Son muchas veces que los he visto . Estos peces se acercan por estos mares a desovar y es precisamente entonces cuando los pescadores los capturan. Pan para hoy y hambre para mañana. Me han contado más de una vez que cuando viene una hembra enganchada en un anzuelo, los machos vienen alrededor intentando aparearsele.
Para los pescadores es como un aguinaldo (paga extra), pero también son conscientes de que cada vez vienen menos. Están matando la gallina de los huevos de oro.
Pero no es solo el dorado el que se acerca por aquí a desovar, Yo he visto, en mi viaje a Tamarindo, , y también he estado en la playa viendo como . Costa Rica por esto.
Por algo Tambor está situado en Bahía Ballena. Igualmente a esta bahía no eran pocas las que venían. Aun entra alguna, pero es la excepción.
Pero bueno, ahora es la época del desove de la sardina y este animalucho por aquí no es de especial querencia.


La sardina no se la comen, aunque cuando abundan, van a pescarla más que por ella en sí, porque con ella vienen los róbalos y son los que intentan pescar.
Los que si se dan especial confite son los pelícanos. Mientras me fui con alguien y él se entretenía en pescar, estuve observándolos y como no gravándolos.


Nada tienen que ver con los que viven perennes en el muelle de las sobras de la pesca.
Hablan de ellos que cuando están viejos y pierden la visión, toman altura, hacen un picado contra una roca y así terminan su vida.

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Quitando huecos en la carretera Cóbano Paquera



Posiblemente le tocaría, aunque al menos otros años el parcheo de huecos yo lo he visto en fechas posteriores. Tampoco quiero pensar que alguien se esté lavando la conciencia de las con este lavado de cara de la carretera. Esta carretera está en unas condiciones, que lo suyo sería volver a hacerla completamente nueva.
Si evita una muerte, bienvenido sea el parcheo, pero que los políticos tengan claro que esta no es la solución. Independientemente del asfalto, no hay un puto arcén y la señalización es tan escasa y alguna inútil que lo anormal es que no haya más accidentes.

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Preparando el carro para pasar la RTV


Se acerca la fecha de que mi pobre carro tenga que pasar la y hay que ir haciéndole cosas. Viéndolo en su conjunto mi primer pensamiento es: este cacharro no la pasa ni por narices. Te subes en él y le suenan hasta las costillas, más con los huecos de estas carreteras. Pero pensándolo bien aquí le exigen lo mismo que en el país del que vengo: Bien de los frenos, las articulaciones de la dirección que no tengan huelgos, las llantas que no hayan perdido el dibujo, los frenos, las luces y poco más. De hecho la empresa que hace estas revisiones creo es española.
Estos últimos días se partió el tubo de la mufla (escape) y si ya de por si sonaba, ahora parecía que ibas en un avión (de la primera guerra mundial, por supuesto). Decidimos llevarlo al taller de la imagen que encabeza este escrito. ¿Cuándo volvemos?... Dentro de una hora. A pasear, a tomar café y después de hora y media volvemos: Estaba en el mismo sitio que lo dejamos, nuestro primer pensamiento fue venirnos sin hacerle nada, pero el dueño nos dice que en un momento, lo repara. Lo mete en el foso, el primero que veo por esta zona (No he visto un taller con elevador) se baja un operario de los dos que había y exactamente en diez minutos lo suelda. Mientras el dueño nos explica las ventajas de su taller: Tiene torno, soldadura oxiacetilénica, aparte de la eléctrica y no sé qué cosas más nos dijo. A mí a primera vista aquello me parecía una chatarrería y encima desordenada.


Uno de los cables del freno de mano está roto. Cambiamos de taller. Se encuentra en la parte trasera de una agencia de seguros. Tenemos que dejarlo hasta mañana, por lo que decidimos venirnos, juntándonos con otro de tambor en un taxi pirata que nos hacia un precio especial.
Este taller no estaba tan desordenado, pero parecía todo menos tal.
Aparte del cable del freno, nos han puesto unas zapatas suplementadas en los frenos traseros y han cambiado el filtro de la gasolina.
Todo esto 7.000 colones, que al cambio actual, son 14 euros.
En espera, nos han dado cita para la primera semana del mes que viene, para un arreglo de chapas y puede que pintarlo, el carro va a parecer de mejor familia.
A la RTV hay que llevarlo antes del día uno de Marzo. Yo veo las llantas delanteras con dibujo en la parte superior, pero en los laterales tiene todos los síntomas de estar desalineadas las ruedas, pero alinearlas, pasar por dos huecos y continuar lo mismo es cosa segura. Veremos a ver qué me dicen.

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Probadera de toros en Tambor de Puntarenas


La vida sigue. Después de un día sin internet, ayer decidimos ir a Cóbano para ir preparando el carrillo para ver si pasa la RTV (Riteve), nada o poco hicimos y al final volvimos después de las cuatro de la tarde. Alguien me dice de ir a ver las probaderas de toros, y aunque la verdad sea dicha no tenía muchas ganas de fiesta, me digo que hay que tirar hacia adelante y allí vamos.
Llaga el verano y son las fiestas de la mayoría de los pueblos; dentro de poco son las de Cóbano, y en la mayoría de ellas entre los espectáculos esta la monta de toros.
No llevan cualquier toro a las montas, por lo que antes de las mismas se celebran las probaderas.
Por todos estos pueblos hay redondeles para hacer probaderas. El de Tambor, junto a la plaza (campo de futbol) y la verdad es que después de haber pasado por allí cantidad de veces, nunca la había visto.
Separada de la carretera unos cien metros, solo aparcar el carro, ya a lo lejos se ve el ambiente. Antes pasamos por donde están los bichos. La verdad es que las tienen bien estudiadas: Corrales, caminos con sus cercas de madera para llevarlos a una especie de chiquero donde los preparan para la monta, y otros caminos por donde salen los ya montados que los dirigen a otro corral.
Junto al redondel, venta de comidas y bebidas. A su alrededor se concentra gran cantidad de gente y los que mejor quieren ver el espectáculo, ya están subidos en los palos del redondel. Los demás tenemos que conformarlos en verlos a través de los palos paralelos al suelo. Estos palos los veía tan precarios que lo primero que pensé: como un toro venga directamente a topar aquí, los parte y no solo pueden escaparse, sino como mínimo dañarte. Y no solo por los palos, sino que los que están sentados en lo alto, al menor peligro saltan y para nada piensan en los que estamos de pie.
En teoría, el probador, solo debe mantenerse sobre el toro unos ocho segundos, pero entre toro y toro, pasan más de quince minutos. Mientras lo meten en esa especie de chiquero, que es donde le atan una cuerda alrededor del pecho, agarre del probador, y este se sube pasa un buen rato, después la mayoría de los toros una vez acabada la monta, se van directos a la puerta de salida, pero otros, incluso laceándolos se resisten. Cuando yo me vine habían probado quince toros y tenían que hacerlo con cuarenta, así que debió durar hasta bien entrada la noche.
Ni que decir tiene que el sentido de estas probaderas, es ir seleccionando a los más adecuados para las montas propiamente dichas, espectáculos no ya solo de Costa Rica, sino de gran parte de América.
Una experiencia más.

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Dos muertes en menos de un mes en la carretera de Cóbano a Paquera


Lo he pensado bastante antes de poner la imagen que encabeza este escrito, y al final la puse.
He aplicado aquello de una imagen vale más que mil palabras. También es verdad que podía haber puesto otras más desagradables, porque Dixon (veinte y cinco años) tenía costillas rotas y un buen golpe en la cabeza.
Sé que este blog ya lo ve gente de esta zona y espero hacerles comprender que no todo debe quedar en las típicas conversaciones que se escuchaban mientras venia la ambulancia, en especial, acerca de quien había tenido la culpa. La culpable, y por ende sus gobernantes, ha sido la carretera.
No hace ni un mes que hice una entrada diciendo que y con la muerte de hoy guarda una estrecha relación: Ambos carros (este último ha sido un hermoso tráiler) querían evitar un hueco, invadieron el carril izquierdo y se llevaron por delante a los más indefensos, los de las motos.


Algunas veces he comentado que pocos accidentes hay para las circunstancias que se dan. Esta carretera desde que la construyeron, no es más que una capa de lastre pintada con un poco de asfalto. Una vez al año, cuando ya hay que transitar más por fuera de la misma, puesto que los huecos ya no son tales, sino más bien cráteres con unas bocas similares a los verdaderos que existen en este país, le lavan la cara parcheándolos. No es solo esto, los arcenes brillan por su ausencia, y por ella transitan toda clase de animales, desde vacas sueltas, caballos y para no ser menos hasta venados. En un país tropical donde la época de lluvias es casi la mitad del año, el llamémosle asfalto, es de los que absorben la luz de los vehículos, por lo que circular de noche y no atropellar a uno de estos bichos, a un peatón o a una bicicleta, que por qué no decirlo, van sin ninguna señal luminosa, es un verdadero milagro.
Costa Rica en lo referente al tráfico, hace poco aprobó una ley que es de las más duras que conozco, pero hay una especie de permuta entre los políticos y esta zona del país que viene a ser como yo te tolero a cambio de que no me exijas. ¿El porqué? Esta zona está abandonada de la mano de dios. Son muchos los que conducen sin permiso, sin documentos de los vehículos, sin cascos en las motos, sin el cinturón de seguridad puesto e incluso la policía circula sin luces de situación, a cambio, se enteran al momento cuando los agentes de tránsito cruzan en el ferry y son permisivos hasta decir basta. A cambio no me pidas otras cosas, sin ir más lejos, hoy la primera ambulancia que llegó, en ella solo venia el conductor, y tardo una hora. Ya hay quienes se han dado cuenta de esto y en vez de a Puntarenas.
No explico cómo se desarrolló todo el tiempo que pasó aquí hasta que se lo llevaron, sería demasiado desagradable, solo decir que estaba consciente y así lo metieron en la ambulancia, pero me quedé helado cuando al poco tiempo de salir de aquí, antes de llegar a Paquera, ya llegaron las noticias de que había muerto. Tampoco acabo de comprenderlo.
Solo añadir, que cada vez le tengo más tirria a todas las religiones que en el mundo han sido. Una señora de una de las escindidas de la católica, de esas que cobran diezmos, y que por aquí abundan, le gritaba a voces: Pídele a dios que te perdone. En vez de darle ánimos, lo estaba matando antes de tiempo. Ganas me entraron de mandarla al carajo.

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De cómo me dieron por el… meato. Hematuria por tumor en la vejiga

La verdad es que hay veces que me paso. Al menos desde el mes de febrero orino sangre, pero hace bastante tiempo que soy partidario de la teoría hipocrática de dejar al cuerpo que actúe. La cosa era intermitente, echaba un grumo y se me cortaba. Ya en España, no recuerdo bien cuando me volvió la hemorragia, y los grumos que expulsaba pasaban de castaño oscuro, sin que se me cortara.

Alguien había estado en mi médico de cabecera porque mi tarjeta sanitaria había dejado de darles órdenes a las computadoras farmacéuticas de las medicinas que me correspondían, y al ver este el tiempo que hacía que no había estado sin reclamar los servicios de la Seguridad Social, me imagino que aparte de pensar que con elementos así su trabajo peligraría (cosa normal a estas alturas) por una vez aplicaría la medicina preventiva así que dijo que como mínimo fuera a hacerme unos análisis y que después pidiera cita para verlo.

Así hice por aquello de una vez al año no hace daño.

Lee delante de mí los resultados de los análisis de sangre y no de orina (nadie me dijo que tenía que hacérmelos), y cuando pone el papel sobre la mesa aprovecho para contarle mis cuatro achaques. Cuando en tercer o cuarto lugar le cuento lo de la sangre en la orina, cambia la expresión de su cara y me dice: Ahora comprendo lo de la anemia que aparece en los análisis.

Mira, te podía dar cita para el urólogo, pero mi consejo es que te vayas a urgencias.

Dicho y hecho (no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy), cojo un taxi y al hospital me dirijo.

Me atienden bien, no veo las aglomeraciones que en otros casos habia visto, las instalaciones me parecen buenas y no es mucho el tiempo que tardan en atenderme (no todo va a ir mal en este país). La doctora que me ve, me dice que me harán análisis de orina y sangre, y que cuando estuvieran los resultados me volverían a ver. Paso directamente a la consulta de enfermería, pinchazo en la vena y meada en el bote en el que suelto un hermoso grumo.

¡Bueno, bueno! Me dice cuando me vuelve a ver, tienes bajo el hierro, yo te aconsejo que comas higaditos. Te vas a tomar estos antibióticos que te receto, cuando los acabes vuelves a tu ambulatorio que te hagan los análisis que te pongo en el informe y con ellos vas a ver a tu médico de cabecera. ¡Ahhh! bebe mucha agua.

Menos en lo de los higaditos cumplo a rajatabla lo de los antibióticos y lo de beber mucha agua.

Aproximadamente una semana de unas hermosas píldoras, una por la mañana y una por la noche, pero en el transcurso de la misma observo que la sangre aumenta, los grumos son cada vez son más dolorosos de expulsar, y que la debilidad se va apoderando de mi cuerpo. María insistía que fuéramos a urgencias, pero yo total enemigo de los protocolos, quería seguirlo.

Día D, me despierto a las siete de la mañana, me ducho, me visto y cuando entro en el baño para peinarme, noto que las piernas no aguantan el peso de mi cuerpo y caigo como si de un trapo se tratara. Voy recobrando la conciencia y veo que mi hijo trataba de incorporarme a la cama, a María la escucho por teléfono pedir una ambulancia. Cuando me doy cuenta estoy acostado dentro de la misma camino del hospital.

A la llegada, un poco de espera, se acerca una camilla y me llevan directamente a la enfermería. Toma de sangre y ya me dejan la "guia" fija y me advierten que me van a colocar una sonda y que me dolerá. Hasta aquí estaba convencido que no temía a nada y soporto muy bien la introducción de semejante cuerpo extraño. Unos cincuenta centímetros de larga, y uno en la parte ancha de su sección oval. Paso en camilla a algo así como una sala vigilada de emergencias. Se interesan por mi estado varias enfermeras, pero pasa el tiempo, y por la experiencia anterior supongo esperan los resultados de los análisis.

Muy tranquilo; quizás demasiado tranquilo. Camillas solo estaba la mía, pero había muchas sillas de ruedas con gente sobre ellas. Me dedico a observar a uno/a por uno/a y lo que más me llama la atención era la cara de miedo (en algún caso quizás de terror). No me entraba en la cabeza. ¿Miedo a qué? Después lo pagué.

Veo por allí a la doctora que me atendió la primera vez y no tuvo el detalle de hablar conmigo. Sé que lo hizo con María lo que me hace pensar que tenía mala conciencia. Con lo de los higaditos, se pasó.

Una de las enfermeras se me acerca y me dice que pronto vendrá a verme un médico. No tarda mucho en hacerlo y me comunica que me van a pasar a planta. Llega el celador y viaje en camilla por pasillos, ascensores hasta llegar a la que va a ser mi habitación durante no sé cuántos días [he perdido el sentido del tiempo (he tenido que preguntar en qué fecha me ingresaron)].

Habitación doble y con las dos camas vacías. Me ponen junto a la ventana, lo que después comprobé me vino muy bien. Me conectan una gran bolsa de agua a la sonda y otra bolsa de suero a la guia. No es mucho lo que tardaron en sustituir esta última por una de sangre. También desde la sonda otro tubo hasta otra gran bolsa situada en el suelo.

Traen de quirófano a alguien que acababan de operar del tímpano. Iban a acometer reformas en la otra ala de la planta dedicada a otorrinolaringología, y mezclaban enfermos. Ese mismo día le dieron de alta y volví a quedarme solo.

¿Pero y de mi sonda? La verdad es que ni con mucho esperaba lo mal que lo iba a pasar con el dichoso invento. El que la sonda tuviera sección ovalada tenía su explicación: En realidad es un doble tubo uno conectado a la bolsa de agua alta y otro a la baja; por gravedad, el agua pasaba de una a otra y a su paso por la vejiga la iba limpiando de coágulos (así los llamaban ellos). El flujo se regulaba en el gotero. Todo hubiera ido bien si los coágulos hubieran sido de menor diámetro que el interior del conducto de salida, pero no, los míos debían de ser enormes y la atascaban y cuando esto ocurría puedo asegurar que el dolor era horrible. La única solución para que no rabiara era desobstruirla cosa que hacia la enfermera metiendo agua con una jeringa en sentido inverso. Ya aprovechaba para hacer unas extracciones en las que sacaba cantidad de grumos (alguien insinuó que aquello parecía asadura). A todo esto, intentando buscar la mayor concentración de grumos, sacaban y metían la sonda para que fuera recorriendo las diferentes partes de la vejiga. También al hacer la extracción se atascaba la jeringa (o la sonda) y me hacía un vacío que me causaba un buen dolor. Todos estos dolores que me causaban con las extracciones no eran nada comparados con el que me producía la obstrucción de la sonda.





Las obstrucciones, y por tanto los dolores para rabiar, iban en aumento, así que la enfermera pensó que aquello se escapaba de sus posibilidades y aviso al urólogo de guardia el cual vino acompañado de un MIR. Recibidas las explicaciones de la enfermera, lo primero que le dice es que se traiga una sonda del veintidós (¿o ciento veintidós?), que la que tengo es demasiado pequeña (¡Dios!.. a mí me parecía enorme).

Esta vez lo voy a hacer yo, dice dirigiéndose al MIR, así que fíjate para la próxima vez que seras tú el que lo haga.

Sin contemplaciones tira de la que tenía y me introduce la nueva. Jeringazos van y jeringazos vienen. Impulsa agua y extrae coágulos, mueve la sonda buscando los posibles nichos donde se acumulan. Después de más de media hora, acaba. No sé cómo se quedaran las mujeres después de parir, pero yo sentí una gran sensación de alivio, a pasar de la extracción de la sonda y de la introducción de la nueva y de los movimientos de esta última.

Desde que llego noté su acento latinoamericano, así que al acabar le pregunto qué de qué país era. Venezolano, me contesta, o de lo que queda de ella. No debe ser muy partidario de Hugo Chaves.

No es por nada, le digo, pero ¿cuándo me vais a operar?

Vamos a ver, me dice, para operarte primero hay que diagnosticar lo que tienes, cosa que aún no se ha hecho. Tu estas en esta cama no para opérate, sino porque has entrado con una hematuria bien jodida, cuando debías tener un valor de trece de hemoglobina, estas en cinco y lo extraño es que no te haya dado un infarto al no llegarte oxígeno al corazón.

Ni con mucho, fue el último espasmo, obstrucción de la sonda o como coño se llame, que tuve, así que no sé exactamente cuántos días pase rabiando. En especial recuerdo uno a las cuatro de la mañana, en el que no se el por qué me imagine con la cintura rodeada de unos cartuchos de dinamita y no encontraba el botón para hacerlos estallar. Lo hubiera hecho con sumo placer.

¿Alguna mujer pariendo habrá sentido esa necesidad? Sé que las comparaciones son odiosas, pero lo cierto es que una mujer pare y se acabó; yo en estos días he parido multitud de veces, o al menos eso me ha parecido.

Un día en el hospital al menos para los/as trabajadores/as del mismo es pura rutina: se llevan líquidos, curas (inyección en la barriga y otras), cambio de sabanas, aseo del enfermo, desayuno, cambio de sueros y demás goteos (cosa de la que están pendientes los familiares), toma de temperatura y de tensión arterial y cuando todo esto se ha llevado a cabo, revisión médica. No sé por qué pensé: Estos me curan la hemorragia y me mandan para mi casa, y yo que quería acabar de una puta vez así que cada vez que aparecía el medico en su visita rutinaria, le pegaba la paliza insinuándole que sin operarme de allí no me iba.

Para poder operarte, se tiene que alinear los planetas con el sol: Que por la tarde que son las operaciones de urgencias, haya un hueco, que el anestesista este de acuerdo, que no fallen los materiales, etc., etc., etc.

Algo debí influir sobre él, porque para pasar por la mesa de operaciones, hacen falta unas pruebas preliminares y una mañana sin previo aviso, arrastran de mi cama, conmigo encima por supuesto, pasillos y ascensores nuevamente y a la sección de Rayos. Ecografía y el radiólogo, me dice que tengo un tumor en la vejiga y que la tengo llena de coágulos (que me lo digan a mí, me dije). Lo del tumor dicho en un hospital y siendo tú el portador, suena fuerte, pero me daba igual, lo importante es que lo quitaran.

Nuevo paseo en cama esta vez a rayos. Radiografías en dos poses distintas del pecho.

Ya daba por hecho que operarme me operaban, pero hacía falta que el hueco en urgencias.

Era por la mañana cuando veo aparecer a tres urólogos (los conocía) y me dicen que si no falla nada esta tarde me operan. El dios de alegría que di yo creo se escuchó en la luna. Se extrañan de semejante euforia, y me hacen firmar un par de papeles. Me imagino que lo que firmo es para librarles de responsabilidad en caso de que me quede frito en la mesa de operaciones, pero me da igual, lo importante es que me liberen de mis dolores.

Tarde larguísima. Las personas que tengo a mi alrededor me van avisando: ya han salido las limpiadoras del quirófano, ya han metido a uno, ya ha salido el médico y está informando a los familiares, otro más. Pasa el tiempo y ya dudo de que entre, pero por fin llega mi turno. Fui el último del día que operaron.

Reconozco que una operación no es moco de pavo, además de los tres urólogos, había bastantes más anestesistas, enfermeros, camilleros, y no sé cuántos más. Me queda claro que los que manda en la sala de operaciones son los anestesistas. Uno de ellos me hace firmar nuevos papeles y otro me hace una indagación a fondo sobre mi estado físico, posibles riesgos de la anestesia, y que intentaran dormirme solo de cintura para abajo, pero que no sería de extrañar que en un momento determinado recurrieran a la anestesia total. También que la parte de arriba me la anestesiarían un poco, para que no estuviera pendiente de la operación a lo que le dije que todo lo contrario, que quería no solo estar pendiente, sino no perderme detalle. Accedió a no adormilarme y a los urólogos les dije que si podían poner la pantalla de forma que yo viera lo que ellos; me dijo que no iba a ver nada pero que lo intentarían cosa que al final no pudo ser: O veía él o yo.


La operación a través del conducto urinario (así lo tengo). Final de la operación y el urólogo me dice que me han quitado un tumor de unos cuatro centímetros y otros dos del tamaño de una lenteja.

He de decir que con todos los que hable antes, durante y después de la operación se extrañaron de lo contento que estaba. Pregunte como solía llegar el personal a la sala de operaciones y me vinieron a decir que acojonados. No habrán tenido los dolores que he tenido yo, me dije.

Nuevo recorrido en cama hasta la sala de recuperación. Era el único que había. Varias horas allí. Notaba que iba recuperando la movilidad, pero no la sensibilidad. Creo que esta no la recupere hasta el día siguiente.

Traslado a mi habitación y cuando me las prometía felices, nueva obstrucción de la sonda. Enfermera limpiándome a base de jeringazos y no se las piensa mucho, me pone una inyección de morfina y caigo como un chorlito. Por supuesto es la noche que mejor dormí.

A partir de aquí, vigilancia del agua que salía por la sonda para ver si sangraba, espasmos, aproximadamente uno cada hora fuera día o noche. Y a no parar de darle la lata al médico que hacia el recorrido diario preguntándole cuando me iban a echar. Le saco que el viernes si todo iba bien posiblemente me darían el alta.

Aunque también se me hizo eterno, llego el viernes.


El medico solía pasar sobre las once y ese día paso a cerca de las dos. Me da el informe médico y una vez que me saquen la sonda (hacia un par de días que me habían quitado la bolsa que me suministraba el agua), carretera y manta.

Respira hondo, me dice la enfermera, tirón y allá sale. Tengo que decir que la sonda la meten con un lubrificante, pero este se solidifica y lo que en principio era una cosa lisa por el exterior, acaba siendo una cosa rugosa.

Camino de mi casa la sensación que tengo es que pasaba del infierno a la gloria, aunque también aquí me equivoque. Lo que llaman postoperatorio, tiene migas: espasmos en los que aguantas el dolor hasta llegar a un sitio donde mear, o no lo aguantas y te meas encima (diez o doce veces me dan por la noche, así que hay que imaginarse lo que duermo), no puedo tragar por el dolor de garganta (supongo que cuando tenía esos dolores horribles, o chillaba y me escuchaban en Latinoamérica, o intentaba amortiguar los gritos, cosa que hacía con la garganta, diarrea vete tú a saber de qué y paro.

Hay cosas que no entiendo: No entiendo que la industria farmacéutica no tenga un disolvente de coágulos, o puede que lo tengan y sea demasiado caro por lo que la Seguridad Social, se diga: te jodes y los hechas a pulmón.

La otra es el tabaquismo. En los hospitales, está totalmente prohibido fumar, y por otra parte saben, me lo confirmo el urólogo que pasaba revisión a diario, que el mono del tabaco es peor que el de la heroína. ¿Cómo coño no dan un tratamiento a los pacientes que son adictos o los dejan fumar?

Durante los tres o cuatro primeros días, el dolor ocultaba el mono del tabaco [es curioso como la mente establece las urgencias (primero sal de este dolor y después tendrás el mono)], pero pasado este tiempo, acudió y fumas por cojones. Yo lo hacía en la ventana, con la puerta de la habitación cerrada y un vigilante en la misma, el aire caliente en la habitación hace que a través de la ventana se establezca el efecto chimenea y el humo va hacia afuera. Esto gracias a que mi vecino de habitación, a pesar de no ser fumador, no solo me animaba a hacerlo, sino que me servía de vigilante. En los primeros con tres caladas me mareaba.



Una vez m me quitaron la bolsa de agua de suministro a la vejiga, la de salida de la misma la metía en una bolsa, como si fueras de compras, y dándome unos paseos siempre encontraba donde fumar. Es curioso que en la misma puerta del hospital, se ven enfermos entubados hasta los ojos y fumando. Es mejor ignorar la evidencia que ponerle remedio. O tratan a los adictos al tabaco a pasar el mono, o les permiten fumar; no hay otra.

No puedo dejar de citar aquí a Eduardo el compañero de habitación casi todo el tiempo de estancia. Casualidades de la vida, estuvimos diez años juntos en la Azucarera de la Vega. Cerraron y desde entonces no nos veíamos. Lo conocí solo ingresar, aunque él a mí no. Me daba ánimos y con las conversaciones que manteníamos, no solo recordando tiempos pasados, el tiempo en hospital se hizo más llevadero. Gracias también a Elia, su mujer.

Y qué decir de los familiares de los enfermos; los que los acompañan día y noche. Me dieron de comer (las manos las tienes inutilizadas con tantos tubos conectados a ellas), me dieron agua cuando tenía sed, avisaban a la enfermera cuando llegaban los dolores, te estiraban las sabanas cuando las arrugas se te clavaban hasta los huesos y un sinfín de detalles que hacen que dentro de estar hecho un bodrio, la cosa te sea más liviana. En mi caso le ha tocado a María. Podía haber sido sustituida alguna noche por alguna otra persona, pero ella no lo permitió. Cuando me despertaba por la noche y la veía acurrucada en aquella silla, me remordía la conciencia.

Dejar constancia que en La Seguridad Social me han tratado muy bien.

No hay mal que por bien no venga. Gracias a esta experiencia, he vuelto a ver a personas muy queridas que por circunstancias que no vienen al caso hacía mucho tiempo no tenía contacto con ellas. Espero fervientemente esta relación continúe.

Sigo con mis espasmos, sigo hecho una caca, no sé cómo coño he llegado a escribir esto, pero mi respeto por el castellano aquí se va a ir al carajo, no pienso enmendar en lo que lo maltrate. Quizás alguien a la que conozco se digne mandármelo corregido.

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Mi agradecimiento a todas aquellas personas que a raíz de la muerte de mi madre y por diferentes medios han tenido la amabilidad de dirigirse a mi.

¡Gracias a todos!

Son varias las que se me han quejado de no asistir al sepelio por no haber tenido noticias de su fallecimiento, añadiendo que solo lo supieron por este blog. Vaya mi repulsa para aquellas que negaron esta información incluso a familiares muy directos. Sus mezquinos motivos tendrán.

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La peligrosa locura de Javier el loco

¿Le mordería a Javier?

Es curioso que de un personaje como Javier, al que tanto he mencionado desde que me encuentro en este pueblo (fue con la primera persona que hablé cuando en él decidí asentarme), no sepa aun su historia, y digo que es
curioso porque de la mayoría de sus habitantes la sé, pero en su caso, hay lagunas que me impiden cerrar el circulo.
La crisis y sus locuras, han hecho que se encuentre sumergido en un pozo del que veo muy difícil que salga.
La historia que me contó, de que su mujer tuvo que llevarse a su hijo para que lo curaran en Guatemala, de donde es natural ella, no me parecía verosímil, pero si sabia de los envíos de dinero que le hacia y casi siempre con el mismo pretexto, la enfermedad de su hijo (mas de una vez hablé con ella). Tuvo que hipotecar la casa en una cantidad que difícilmente podrá recuperar.
Pasa el tiempo y lo de la enfermedad no era muy creíble, por lo que los envíos de dinero, ya eran para comprarle zapatos, uniformes para la escuela, y por que no, otra enfermedad nueva del niño o de la mujer.
Desde que lo conozco, sus ingresos por la venta de abalorios en el hotel, solo tenían dos posibles caminos, los gastos fijos [hipoteca, teléfono (no le puede faltar porque casi todos los días tiene que hablar con sus seres queridos) electricidad, agua y patente (permiso para la venta), y no menciono comida porque nadie se explica de que se alimenta] y envíos a Guatemala. Llega la crisis y sus ventas, y por tanto sus ingresos, disminuyen. Los envíos a Guatemala no los perdona, por lo que va dejando de pagar los gastos fijos. Cortes de luz, avisos de que o paga la hipoteca o lo embargan, se recupera, pasa el punto álgido del turismo en este país, y llega la cuesta abajo.
Lo que tenia que pasar pasó. Javier de nunca ha estado bien visto en el hotel, y periódicamente tratan de hacerle la vida imposible. La policía lo encuentra sin los pagos de la patente y por tanto sin validez, por lo que lo echan. Podía haberla pagado; Cartago que dormía en su casa (seria otra historia), le da el dinero suficiente para hacerlo, pero el tiene que mandar a la maldita Guatemala; no lo duda y hace esto último. Sigue sin poder vender y sin dinero. Su mente no para de darle vueltas y se le ocurre que en Atenas, su ciudad natal, su padre quería sembrar unos plátanos (que no bananos) y allí se dirige. En Costa Rica no hay hijos para padres, ni padres para hijos, por lo que no le perdona a su progenitor el esfuerzo de su trabajo.
De esta paga la patente, me digo. Me equivoqué garrafalmente. Pudo más Guatemala.
Hace intentos de ir al hotel, pero lo han calado. Nuevamente la policía lo manda al carajo y esta vez con cajas destempladas.
No tiene salida, me sigo diciendo. Para colmo Cartago, que ha vuelto a su antigua trabajo con un gringo, abandona la casa, por lo que su único ingreso también lo abandona (Cartago por aguantar, hasta le había pagado la electricidad y el agua de las que hubiera carecido tambien él).
A estas alturas no se ni de que come.
La locura de Javier va en aumento, incluso creo se esta volviendo peligroso, al menos para si mismo (baila delante de la gente para llamar la atención).
No soy el único del lugar que esta observando a Javier, por lo que se van comentando cosas. Las escucho y ato cabos. Creo que la historia de la enfermedad del hijo por la que se fue María (india maya), no es cierta. María no podía soportar a Javier. No la dejaba que se mezclara con la gente, incluso la compra en el Súper, la hacia él. Son mas las cosas que me cuentan de por qué María no sufría a Javier.
María jamás volverá con Javier.
Hay un hecho evidente, últimamente para nada menciona la enfermedad de su hijo, motivo por la que según él lo dejo.
Con Javier no se puede hablar de este tema. Es tabú.
Dos cosas me tienen intrigado: la primera es el por qué Javier tiene entre todas sus prioridades mandar ese dinero y la segunda el por qué María a sabiendas de que no va a volver, sigue sacándole hasta la cerilla de los oídos.
De la primera creo saber la razón: Javier espera que de esta forma alguna vez vuelvan su hijo y su mujer. Otro dato curioso del que me he enterado en estos días es que Javier no puede ir a Guatemala por carecer de pasaporte (Costa Rica es el único país de Centroamérica que no permite la libre circulación de personas) y él no se lo quiere sacar no se por que extraña locura (otra mas). De la segunda, no quiero creer que lo crematístico sea el único motivo.
A Javier el único recurso que le queda soy yo, los dos lo sabemos, pero aplicando la teoría de mi amiga Helena con los drogadictos, de que hay que dejarlos que se hundan del todo antes de ayudarles, no lo he hecho, aunque no se las consecuencias que puede tener para uno o para otro. Últimamente sus locuras se escapan de las que en él serian normales, y esta noche lo he visto, si no agresivo, si diciendo estupideces que no venían a cuento.
Continuaré.

El no haber escrito antes, no es ni por falta de temas, valga como ejemplo el cómo he sido meado por un mono congo y los motivos por los que el mono me meó, ni por ganas de hacerlo, sino porque mi nube, ya casi de colores, me tiene en otra.

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