Y llego el día. En este caso Navidad
Mi hija ya me había llamado el día anterior, diciéndome que le había dicho a a Jose que fura a recogerla y que le había puesto cara como de no querer ir, así que me levanto y me visto de ciudad, pensando en que tendré que ir yo. De todas formas le pregunto y no me dice ni si ni no ni blanco ni negro, sino todo lo contario. Al final vamos los dos. Le digo de ir en el Passat, que le había tenido cargando la batería descargada después de tanto tiempo sin usarlo, para que rodara un poco.
Llegamos a la casa de Eva y le ayudo a cargar tropecientas bolsas que tenía preparadas aparte de las que nos trajimos los otros días. Vamos que hay comida para un año.
Vuelta al cortijo, mientras deshace las bolsas y ordena un poco la casa ya es la hora de comer.
Comida y siesta.
Solo despertarme, sé que no estoy bien. Una mezcla de tristeza y ansiedad. La segunda me la calmo con píldoras, pero contra la primera, que yo sepa no las hay.
Enciendo la chimenea y el timbre nos avisa que viene alguien. No podía ser otra que Sole. Bien que ha madrugado, me dije, sabia que pensaba cenar con nosotros. Pedro se había ido a cenar con su familia y ella se había quedado sola.
Jose se va a cenar con su madre y ya solo nos quedamos los cuatro.
Me pongo a fabricarme mis cigarros y Eva preparando la cena. Acabo con mi droga (mis cigarros) y no tenia ganas de escuchar a Sole que tengo la impresión que estos días esta más descontrolada que lo que es normal en ella, asi que me vengo al ordenador. Escucho el teléfono y bajo, porque aunque lo había cogido Eva tenia la impresión de que era para mi como así fue. Rafael me llamaba para ver como me encontraba. Si triste estaba peor me puse. Otra llamada en la que me recomendaban que pidiera cita para el Urólogo y por último llamo a mi hermano Manolo y bromeamos un poco. Eva atiende varias llamadas mas y ni le pregunto de quien eran.
Vuelta al ordenador, y por allí aparece Sole diciendo que se va, que me encuentra mal y no quiere estorbar. La verdad es que no le insisto mucho para que se quede.
Me llama mi hija, porque ya había puesto en la mesa unos canapés y quería que cenáramos. Si tener hambre no es lo mio, esta noche no me entraba nada. Pico unos canapés, unas gambas a la plancha, ponemos la televisión y como no podía ser menos justo en el momento en que el Rey echa su perorata. No me entero de lo que dice, o no quiero enterarme.
Eva que había preparado no se cuantas cosas mas quería que siguiera comiendo, pero lo único que pico es un poco de roscón de navidad.
Se me apetecía irme a la cama para acabar el día, pero era demasiado temprano y temía despertarme a las cuatro de la mañana y dar vueltas como una voladera, así que me pongo a ver la televisión nuevamente para hacer hora. No podía ser menos que en todos los canales los programas fueran de chistosos, y por mucho zapping que hago podía ver algunos coros y misas. Por fin dan las once y no me lo pienso mucho, a la cama.
Temiendo que tampoco pudiera dormir, me tomo una píldora para tal, y me quedo frito al momento. Sueños imposibles que no quiero contar, y a las ocho me levanto. Parece que esta mañana estoy mejor.
Otra que pasó.
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Música celestial en el Debate de Investidura
Por estas fechas, mis tardes son pura rutina. Enciendo la chimenea y me pongo a fabricarme cigarros. El silencio es sepulcral, por lo que pongo la televisión, normalmente en el canal dos donde suele haber algún documental. Como es lógico, la mayor atención se la presto a la faena que estoy haciendo, por lo que la televisión me sirve más bien de acompañamiento, pero ayer, de documental nada, estaba hablando Cayo Lara en el Congreso de los Diputados Ni sabia que era el debate de investidura de Rajoy.
Por poca atención que le prestara, me voy quedando con algo, y dice cosas tan lógicas que ya le presto mas atención. Firmaba todo lo que le escuché. Replicas de Rajoy y ya en los telediarios también escucho a Rubalcaba.
Son verdaderos expertos en decir lo que nos agrada al oído, o sea música celestial. Yo que hace bastante tiempo que no voto (dije de no hacerlo hasta que no hubiera algo parecido a una democracia), anoche les hubiera votado a los tres.
Lo bueno es que creo que todos se creen lo que cuentan, y hablando de la crisis se creen estar en posesión de la verdad para solucionarla, y no hay mas que ver que uno de ellos, acaba de salir del gobierno que ha precedido al que va a entrar y como ha dejado a España a los pies de los caballos (en este caso mercados).
No escuche cosas tan elementales como que la separación de poderes sea una realidad, A ninguno les interesa, sueñan con el poder absoluto, y estamos pasando a nivel mundial por una fase en que queda meridianamente claro que son unos mandados de los oligarcas.
Que los dioses nos protejan.
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Puñeteras navidades. No hay forma se zafarse de ellas
Son unas fiestas que nunca me han gustado. Comidas de empresa, alumbrados callejeros, escaparates adornados para la ocasión, villancicos hasta en la sopa, cenas que no hay quien se las coma y cuando se reúnen familias, después de las dos primeras copas salen los trapos sucios de todo el año.
En mi estancia en Costa Rica, las pasé como un día normal. Verdad es que había unos dominicanos que me invitaron a unos asados de carne, pero no me costó mucho esfuerzo escabullirme. No, en aquel país, al menos en el pueblo en que me encontraba, se celebran poco o más bien nada. Allí no hay tantos Cortefieles, Hipercores, Continentes, Mercadonas, ni tantos súper mercaderes lavándote el cerebro para que consumas, en especial en colonias, gambas, besugos, y en otros productos que a mi me resbalan. Lo de los juguetes de los niños se pasa de castaño oscuro.
Yo tampoco me he escapado de los regalos.
Volví a España, y pensaba que la cosa iba a continuar igual, pero fue María la que se empeño en decorar la casa, faena en la que le ayudaron sus nietos.
Este año, no se si porque veo poco la televisión, la verdad es que ni me acordaba de ellas, pero ya mi hija me había dicho un par de veces de colocar el árbol de navidad. Por favor Eva, este año menos que nunca tengo ganas de fiestas.
Al menos por los niños, van a estar aquí los dos y vendrán otros y no lo concebirían.
Anoche ayudada por Sole empezaron a montar el árbol y a colocar adornos.
Para la cena le he dicho que al menos yo no quiero nada estrambótico.
Al final he caído en las redes de estas fechas.
En lo referente a la parte religiosa, en mi anterior blog ya hable del dios Mitra, pero hay mas y la religión cristiana tenia que tener al igual que las otras estas fechas para quitarle clientes a las primeras.
Son muchas las divinidades precristianas que comparten dos singulares características: nacer de una virgen y haberlo hecho el 25 de Diciembre. El más conocido puede ser Buda nacido el 25-D de la virgen Maya, o el dios frigio Attis nacido de la virgen Nana el 25-D, o Dionisio nacido además en un pesebre, u Horus, también en un pesebre de la virgen Isis... aunque el caso más sorprendente es el de Mitra.
Mitra, el dios sol (divinidad adorada por indios, persas y romanos) nació un 25 de Diciembre en un establo del vientre de una madre virgen, descendido de los cielos y encarnado en un hombre.
Mitra significa "amigo" en sánscrito, pero se le dieron muchos sobrenombres como "el Salvador", "el Hijo de Dios", "el Cordero de Dios", "el Redentor", "el Buen Pastor" o "el Camino, la Verdad y la Vida".
Le siguieron 12 discípulos que presenciaron todos sus milagros y que al morir le enterraron en un sepulcro... del que resucitó al tercer día.
Como he dicho “nuestra” religión, copio todo esto al pie de la letra. Si a esto le sumamos que los mercaderes (¿Del templo?), también se aprovechan para meternos sus productos de cualquier fecha señalada (Lo único que les falta por inventar, si es que ya no lo han hecho, es el día de la suegra), aquí tenemos lo que son estas fiestas.
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La avaricia de las pilles
Creo que en el mundo occidental, los introductores del dinero, fueron los fenicios. No voy a decir que se podían haber quedado mancos antes de que lo hicieran, porque la verdad es que sin él, al menos hoy en día, sería completamente imposible vivir. Hasta yo, que tan poco apego le tengo, no sabría hacerlo. No me veo a la Social Seguridad, pagándome en trigo y yo intercambiándolo por electricidad. No, no veo factible la vuelta al trueque.
Creo que los jefes de estado europeos que reparten el bacalao, han estado, intentando salvar al euro, que tengo la impresión que al final se ira al carajo, con lo cual lo que llaman crisis ira en aumento y ya se sabe quién la está pagando. Puede que eso que llaman mercados, sin pretenderlo, nos hagan volver a él.
Pero no voy a de una lección de economía, pienso en esas personas que se desviven por él, y no es por falta o porque estén pasando un momento difícil, creo va en sus genes.
Se de una persona, mujer por mas señas, acompañada por otra, aunque la primera es el cerebro, que llevan mas de veinticinco años planeando quedarse con el dinero de otras tres personas. Una gran parte ya la han conseguido, pero su avaricia es tal que quieren quedarse con todo, y al paso que van no me extrañaría que lo consiguieran.
La genio, ya anda por los sesenta años y al igual que la virgen María, no ha habido macho que la penetre, ¡vamos que no ha habido macho que se acueste con semejante adefesio! ¿Para que quiere/n el dinero? ¿Sera para que les salga novio? ¿Para costearse los ansiolíticos que necesitan desde que les pegue tal paliza que las deje en silla de ruedas? ¿O para que ya que están en plan de que las cuiden, las sobrinas/hijas, las atiendan durante su vejez? ¡Van jodidas! No me lo explico. A cambio de conseguirlo, han perdido a su mas cercana familia, los robados.
La lista, metió la pata haciendo aparecer/desaparecer un piso en una herencia, de las cuatro que le hicieron hacer a otra persona, según les iba conviniendo a ellas, que cogiendo a un buen abogado, se les complicaría la vida, pero la verdad es que a estas alturas de la vida no quiero seguir complicándomela y menos metiéndome en ese entramado de la justicia, que esa es otra.
La avaricia (del latín “avarus”, “codicioso”, “ansiar”) es el ansia o deseo desordenado y excesivo por la riqueza. Su especial malicia, ampliamente hablando, consiste en conseguir y mantener dinero, propiedades, y demás, con el único propósito de vivir para eso. Las define perfectamente.
Lo peor es que se van haciendo de mártires y poniéndonos a parir a los perjudicados.
Las veo más solas que la una. Espero que el síndrome de Diógenes, les sea leve y que entre tanta mierda encuentren el dinero para comprarse el Tranquimazin.
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De lo vivido a lo que estoy viviendo
No sé exactamente el por qué me he acordado de un escrito que hice en Costa Rica y he vuelto a leerlo y sin querer hago comparaciones con mi vida actual.
Me estoy levantando sobre las siete de la mañana. Por estas fechas es completamente de noche y aunque intento seguir durmiendo no lo consigo, así que acabo levantándome. Aseo, desayuno y a escribir mi diario. ¿Salgo fuera? ¡Ni loco! Con temperaturas de uno a cuatro grados en el exterior, lo dicho, ni loco. Creo que de toda la vida he sido alérgico a las bajas temperaturas.
Ya más tarde, estos últimos días están seminublados, cuando las dichosas nubes dejan pasar algún rayo de sol, salgo a aprovecharlo y darles a los perros alguna golosina, que me agradecen con sus movimientos de rabo.
¿Salir al pueblo? Otro ni loco. Precisamente el sábado, me dice mi hijo que iba de compras, que si lo acompañaba, lo dudo, pero al final me voy con él. Vamos a un pueblo a comprar una escobilla del limpia parabrisas que le habían robado y a la vuelta, paramos en una gasolinera, no solo a echar combustible en el vehículo sino también, en un depósito de plastico, para mulilla mecánica, corta setos y demás inventos. De allí a un Mercadona de esos. La gente parece que aprovecha los fines de semana para avituallarse, y aquello, al menos para mí parecía un loquero, entre el rumrum de la gente y los altavoces recomendándote que aproveches alguna oferta, la cabeza me iba a estallar. Sentía una especie de pitido en los oídos bastante desagradable. Veía igual en todas las estanterías; menos mal que el que iba llenando el carrillo era mi hijo, porque si yo tengo que encontrar algo, me vengo sin verlo.
Cuando está aquí mi hijo, eso sí, actividad no le falta: desde hacer cosas en el campo, como podar riparias, a restaurar todo cacharro viejo que encuentra por ahí. Me salgo a verlo y por lo menos me sirve de distracción, pero lleva como una semana, haciendo algún trabajo, se va temprano y regresa ya bien entrada la noche, vamos que hemos retrocedido no sé cuántos años, ha vuelto aquello de trabajar de sol a sol, por lo que estoy más solo que la una.
Llega el medio día, me caliento la comida, que mi hija nos trae el fin de semana y que sacamos del congelador el día antes. No es que tenga hambre, creo que es una cosa que nunca he tenido, pero comprendo que el cuerpo necesita su combustible y hay que alimentarlo, y a continuación mi siesta, costumbre de toda la vida.
Todavía hay sol (es un decir) cuando me levanto, pero lo primero que hago es encender la chimenea. Es de las pocas cosas que me encantan. Después de encenderla hay veces que me quedo un buen rato extasiado viendo las figuras que hacen las llamas. Cambio las válvulas porque durante parte de la noche y hasta las diez de la mañana, tengo puesta la caldera eléctrica. La casa se mantiene alrededor de los veinte grados.
Sobre las seis menos cuarto (por estas fechas), se pone el sol y entra la oscuridad, momento que me pongo a fabricarme los cigarros que me fumaré al día siguiente, y que con la ansiedad que aún me perdura, no son pocos. Pongo la televisión, normalmente la dos, que suelen estar poniendo reportajes de bichos, volcanes o similares, y me va pasando el tiempo hasta que llega mi hijo que es el que normalmente prepara la cena. Él es más sibarita y prepara platos combinados. Se encierra en su cuarto, y yo me quedo en la mesa de camilla, normalmente haciendo zapping por no acostarme demasiado pronto.
Así un día tras otro. No es una vida muy interesante que se diga.
Ahora tengo un teléfono inalámbrico, y siempre lo llevo en el bolsillo. Aparte de las dos o tres llamadas de mi hija interesándose por mí, pocos saben ni que existo, así que inútil esperar otra llamada. Miento, casi todos los días hablo con mi hermano Manolo, y ayer recibí una llamada de Mari en la que también hable con Rafael.
Lo dicho, me hace falta salir de este mundo, pero por otra parte sigo con mi miedo. Me falta mi otra mitad. Me acostumbró mal.
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De abogados, procuradores, tasadores, partidores contadores y otras gaitas
Correo a mi abogada.
Amiga Ma…, hoy me he despertado un poco más normal que otros días, pero sin querer sigo pensando en ti, y no por nada en especial, sino porque yo creía que había llegado al punto de inflexión de mis adversidades, y tú me estas recordando que no; que no solo sigo con ellas, sino que se están complicando cada vez más.
En primer lugar, cuando mi hijo me quiera llevar al pueblo (te recuerdo que tengo prohibido coger cualquier tipo de vehículo), te mandaré tu dinero.
No, no soy yo el que está juntando mochas con cornuas, sino que me da la impresión que eres tú la que está confundiendo las churras con las merinas. Para nada hay que confundir el estar depresivo con ser retrasado mental. No sabré lo suficiente de derecho, aunque también te recuerdo que hice dos cursos, pero de lo que aquí estamos tratando no es de derecho, sino de lógica.
Me llevas dos casos, el de la separación de bienes y el de la partición de una herencia. En realidad antes me llevaste el de mi divorcio.
Empecemos con el primero: Divorcio.
Te digo, lo que me dicen, y son personas que entienden de estos temas. Nadie se puede creer que después de darme la incapacidad absoluta para todo tipo de trabajo, yo le esté dando más de 900€ a mi ex.
Sigamos con el segundo: Separación de bienes.
En dos casos que conozco, el divorcio y la separación de bienes, han ido parejos. Yo tenía prisa por largarme de este puto país, que no hace nada más que darme disgustos, pero antes de hacerlo, te deje un poder, para que lo fueras tramitando. Paso dos años en Costa Rica y no moviste un solo papel, mientras tanto Hacienda, me saca entre multas y recargos, cerca de 10.000 € , por ser propietario de un piso en Méndez Núñez, de una cochera en el mismo lugar, una casa en San Javier, y la parte proporcional de la herencia de mis padres. La multa la pagué, pero aún sigue saliéndome positiva, porque aunque estuve a intentar aclararlo en Hacienda, y me dicen que si no he resuelto todo el problema es mío (yo creo que más bien tuyo)
Vuelvo a España y lo primero que hago es hablar contigo y explicarte todo esto; pues bien han pasado dos años y nada se ha resuelto. No solo no se ha resuelto, sino que se ha complicado, puesto que la tasación de la cochera ni se ha hecho, cuando tú tienes, las escrituras (por cierto que no se pierdan) en la que dice que la cochera es independiente del piso. Para que esto no se haya acabado alegas que el banco no ha mandado informes de las cuentas en el momento del divorcio y que Emasagra tampoco ha mandado un informe de lo que me dio por despedirme. Emasagra que yo sepa ya ha mandado al juzgado un par de informes diciendo que a mí no me dio absolutamente nada y no me creo, ni loco que el banco después de dos años no haya mandado el estado de las cuentas. Te he preguntado quinientas veces que como va la cosa y el por qué esto está suspendido y nada me dices. Me habían dicho que la abogada que tiene mi ex, es muy buena, y parece que llevan razón.
¿Me quieres decir en Román Paladino, en que situación está mi separación de bienes?
Vamos con la tercera y última: Partición de la herencia de mis padres.
Para mi es una cosa tan elemental, que ni al juzgado habría que recurrir, pero te advertí que el tal Rubiño (abogado), era un elemento de cuidado, y no me hiciste ni puto caso. Se sabe todos los trucos, para defender a sus clientes. Juega con la justicia en el filo de la navaja. Empieza con pretextos como que nosotros escojamos al tasador, una vez buscado, tenía que tener la conformidad de sus clientas pero estaban de vacaciones, cosa que era mentira, pasa el tiempo y cuando después de mucho insistirle, aparecen mis hermanas y dicen que no les gusta el tasador ¿Qué coño saben mis hermanas de tasadores? Simplemente estaba dilatando la partición. Nos vamos al juzgado a reclamarla y siguen las dilaciones. ¿Es normal que habiendo el Juzgado dicho en Abril que buscáramos al partidor tú no te enteres? ¿O habían hecho que no te enteraras? Meses perdidos y siguen las demoras.
Bajas a Motril a reunirte con los abogados de las otras partes para que cada uno de vosotros presentara una propuesta de partición. La única que se presenta es la de Rubiño, por mucho que tú me digas que la presento Esquitino (Por si no lo sabias Esquitino y Rubiño han trabajado juntos mucho tiempo). Tú no presentaste ninguna, lo cual significa que no llevabas los deberes hechos.
Me mandas la proposición y tanto mi hermano como yo, vemos que es una tomadura de pelo. Hablamos por teléfono y te digo nuestra proposición, te parece tan normal que les mandas a los otros dos abogados el siguiente correo:
Estimados compañeros:
Tras la conversación mantenida con mis clientes, ambos me manifiestan su negativa a las propuestas planteadas esta mañana en la reunión entre los letrados de todas las partes; el planteamiento de mis mandantes es ser copropietarios todos los herederos de todos los bienes, cada uno en la proporción que le corresponda.
Es por ello que voy a presentar escrito solicitando la suspensión del procedimiento en tanto estudiáis el planteamiento de mis clientes.
Te vuelve a llamar Esquitino, y vuelves a cambiar de opinión. Nunca me hablas de lo que has hablado con Rubiño, porque aunque mande a uno de sus adláteres, es él el que da las ordenes ¿Es que no tienes criterio propio? ¿Te fías más de lo que dicen ellos? ¿A Quién estas defendiendo, a mis hermanas o a nosotros? Encima amenazas que si no aceptamos lo que dicen ellos, pasaran seis meses y la partición dormirá el sueño de los justos, o dicho de otra forma, que mis hermanas siguen quedándose con todo. ¿El por qué nuestra proposición va a costar más cara que la que presentan mis hermanas?
Otra cosa, jamás he odiado, el odio es una enfermedad, y yo tendré otras muchas, pero esa no. Ten en cuenta que el que odia es el que sufre y el odiado ni siquiera se entera, así que no se trata de eso en lo que consiste la relación con mis hermanas. Ellas desde hace veinte y tantos años que murió mi padre ya están con Rubiño para intentar quedarse con todo, hasta el punto que me mando un documento para que lo firmara (como es lógico redactado por su abogado) para que ella pudiera hacer y deshacer la herencia.
También te dije que en el segundo testamento aparecía un piso propiedad de mi madre que en el tercero desapareció, y me dijiste que consultarías con un colega porque por ahí le podíamos meter mano. Ni te acuerdas. No digamos que en el cuarto (en el que mi madre me deshereda a mi), para hacerlo la debieron llevarla al notario en ambulancia.
Tengo la impresión que ambos casos que me llevas se te están escapando de las manos y al igual que Esquitino, lo que estas deseando es retírate. Te aseguro que si yo no me he buscado otro, como te he dicho, en primer lugar es que no puedo conducir, y segundo que mis neuronas gracias a estos casos y a los otros que le han precedido, no funcionan demasiado bien.
Un saludo
Aunque parezca que no, los medios de comunicación como este tienen bastante poder. En mi anterior blog, durante mi depresión, hice una exaltación de mi Psiquiatra y cuando alguien ponía su nombre en cualquiera de los buscadores, es lo primero que aparecía. Le lleve muchos pacientes. Igual pasaría, solo que al contrario, si en vez de alabanza, explicara la inutilidad de oro profesional.
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Adiós nuevamente Facebook
Hoy es el día de borrón y cuenta nueva. Con la cuenta de que no me iba el ratón que tenía, ni el que me había comprado nuevo, había metido Ccleaner, un antispyware y un antivirus en línea (Eset), aparte del Norton que tengo instalado, y esta mañana los he mandado todos al carajo. En vez de desinstalarlo con Programas y características de Windows, lo hago con Revo Uninstaler Pro; ni os imagináis la cantidad de mierda que se queda en el sistema operativo cunado desinstalas un programa, cosa que puedes limpiar con este programa, pero la cosa no ha acabado aquí, al carajo también Facebook.
Desde que volví a meterme nuevamente en esta red social, he estado estudiándola, para comprobar que es lo que me estaba perdiendo con una cosa que se está extendiendo como la pólvora. O tengo el torpe subido, o sigo sin estar en el sistema. Aparte de ir colándoseme una especie de Spam, que te tienes que entretener en quitar, no estoy preparado para ver/leer los chistes de una gran parte de los que he metido como amigos.
No les sienta muy bien, o no les entra en la cabeza que alguien los pueda abandonar (sus motivos tendrán) porque me dejan un mensaje diciéndome que hasta el día 19 tengo tiempo de arrepentirme:
Y por si no me he enterado bien, me mandan un correo en el que vuelven a recordármelo:
Hola Perroverde,
Hemos recibido una solicitud de cancelar permanentemente tu cuenta. Tu cuenta ha sido desactivada del sitio y será eliminado de forma permanente dentro de 14 días.
Si no nos solicitaste de cancelar tu cuenta, por favor inicia sesión para anular esta solicitud.
Alguien me tendrá que explicar muy bien sus ventajas para que vuelva a él. Que no me digan que es para guardar imágenes porque tanto Google como Microsoft, tienen sitios en la web2, bastante mejor para hacerlo y con la ventaja que además también puedes subir archivos y todo compartirlo con quien quieras (Google Docs y Skydrive)
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Está nublado, a 4º C de temperatura ambiente, así que salir fuera ni loco. En algo me entretendré.
Llevo, no sé cuánto tiempo, que el botón izquierdo del ratón no me funciona en condiciones, una desesperación, y cuando salgo con mi hijo, me compro uno nuevo. Tampoco funciona, por lo que pensé estaba en mi particular Ley de Murphy. Esto es un spyware, me digo. No sé cuántos le he pasado, y cuantas putadas le he hecho al pobre PC, desde apagar restaurar el sistema hasta arrancar en Modo Seguro, para engañar a los posibles virus. ¿Y por qué no pruebo con el ratón de mi hijo? Esta mañana pruebo y va como dios. Como dije en la entrada anterior algo de lastre parece que voy soltando. Me compraré otro ratón o le daré el cambiazo a mi hijo.
Ya me he ido por la tangente.
Los chicos de Google se ve que les ha gustado lo que han hecho los de Facebook, que pinchas en una imagen y te aparece en una nueva pantalla que oculta la que estabas viendo, flechitas a izquierda y a derecha, para verlas todas en caso de que las haya, y una X en la parte superior derecha para volver a la ventana en la que estabas. Suelo meter las imágenes con las dimensiones 1920x1080, para poder ver los detalles. Las entradas de este blog las suelo hacer en Edición de HTML , donde todas las imágenes empiezan por <a, que sustituyo por <a target="_blank" rel="tag", precisamente para que salgan en una ventana aparte y a su tamaño, pues bien con el nuevo sistema esto no puedes hacerlo. Hay que hacer lo que a ellos les salga de las narices.
Vamos a joderlos. Son pocos los que utilizan el botón derecho del ratón, pero si pinchas con él en cualquier imagen, al menos en Internet Explorer, te sale un desplegable, que entre otras podrás leer:
Abrir vínculo en una nueva pestaña
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Pinchas sobre cualquiera de ellas y la veras como tú quieras.
Para nada pretendo que este sea un blog para resolver problemas, de esos que abundan tanto y que suelen tener mucho éxito, es una forma de pasar el tiempo.
¿Y la p… de mi abogada? ¿Aún no habrá hablado con los abogados de las otras partes? Es inconcebible que en la época de las comunicaciones, les cueste tanto ponerse en contacto, o al menos ese es su pretexto
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Me retiraron la sonda vesical. Una que acabé. Por ahora
Hoy se cumplían los ocho días que me indicaban en el documento de alta en el Hospital. Alguien especializada en los recovecos de la Seguridad Social, me había pedido cita en mi Centro de Salud y me la habían dado para las once. Un cuarto de hora antes estaba en él junto a una puerta rotulada Sala de Curas. Al parecer los/as ATS que se dedican a esta labor, aparte del trabajo que hacen en el centro, tienen que hacerlo también a domicilio, por lo que no sé exactamente cada cuanto tiempo se van relevando.
En el tiempo de espera hasta que llego la mía, me he quedado admirado de la poca vergüenza que tiene bastante gente. Llegan, abren la puerta sin pegar ni nada y casi siempre con el mismo pretexto: Es que vengo a hacer una pregunta, aunque descaradamente lo que querían es que los atendieran a ellos. El enfermero que precedía a la que me atendió a mí, con no muy buenos modales, les dijo a un par de ellos que para preguntas se fueran a información, que lo dejaran trabajar.
Al fin me llaman por mi nombre, y ahora comprendo el por qué cuando le dije al urólogo, que yo me quitaría la sonda, me dijo que si estaba loco. No es un tubo el que introducen, sino dos, no sé si concéntricos o no, uno por el que sale la orina y otro que infla una especie de globo, que impide que la sonda se salga, por lo que si yo hubiera intentado sacármela y lo hubiera conseguido, puede que detrás hubiera venido hasta el esófago. Me parece mentira no estar ni sondado ni con la dichosa bolsa amarrada a la pierna.
Vamos a casa de mi hija, donde mi hijo ha quedado en hacerle algunos chapuces, y solo de ver cómo está el tráfico, ya me pongo nervioso. Encontrar un aparcamiento en la calle es misión imposible y hay quien lo pretende con lo que solo consigue ralentizar más la cosa.
Hechas las chapuzas, volvemos y mi hijo para en un restaurante chino, que por el tamaño parecía más bien un campo de futbol. Unas cuantas mesas ocupadas por personas solitarias, que incluso las veía comer con apetito.
La sensación de que estoy en un mundo que no es el mío se multiplica por cien, así que digo que nos preparen la comida para llevar y nos la comemos de vuelta a la casa.
Ya había bebido bastante agua en casa de mi hija y cuando orino aquí, sin sonda, me parece un verdadero placer. Cosas de la vida.
Va pasando el tiempo y algo de lastre voy soltando. Solo espero que la sinapsis entre mis neuronas acabe de funcionar y a volar.
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Placeres culinarios de los perros
Leo por ahí:
La fuerza de la mandíbula humana es de unos 77 kilos por centímetro cuadrado.
Rottweiler 148,58 kilogramos
Ovejero Alemán 107,81 kilogramos
American Pit Bull 106,46 kilogramos
Perro labrador 68 kilogramos
El mordisco más fuerte, sin embargo, lo consigue el cocodrilo: la fuerza de un cocodrilo de casi 4 metros llamado Hércules se midió en 964 kilogramos.
La verdad es que hay cosas que cuesta creer. Después de ver a Fideo triturar un hueso de vaca (la Penca los tritura con más facilidad), no me imagino a ningún humano capaz de hacerlo igual, sin embargo con estos datos una persona ejercería más presión que un perro labrador.
No sé cómo carallo miden esto. Lo dicho, no me lo creo.
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¿Qué pinto yo en esta vida? y los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren
Esta noche por la causa que sea he dormido inquieto, al girarme, ponía una pierna sobre la bolsa de orina, ya casi llena, ejercía presión sobre ella por lo que la misma retrocedía hacia la vejiga y me dolía. Cuando decido vaciarla, veo que ya son casi las siete, así que lo que hago es levantarme, desayuno y aún no ha amanecido. Leeré, me digo, pero no, sé que aún no estoy preparado. Yo más que leer un libro, lo estudio, o al menos lo leo si veo que puedo sacar alguna conclusión de él. Por la tercera página ya sé si el libro me interesa o no.
Me quedo sentado en la mesa de camilla (que gran invento). Me da por meditar. Se me viene a la cabeza una pregunta y una frase hecha: ¿Qué pinto yo en esta vida?, y los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren.
Dejo la primera porque me parece más complicada (aun no estoy lo suficientemente despierto) e intento pensar en la segunda: Serian las plantas y los animales, entre los incluimos, cosa en la que no estoy de acuerdo. Para mí todo lo que salió de esa partícula con enorme densidad que termino por estallar, y formó lo que llamamos nuestro universo, tiene vida, pero tampoco voy a complicarme, demos por hecho que como ya en su día dijo Aristóteles, son los vegetales y los animales.
Últimamente al despertarme lo primero que veo al asomarme por la ventana son los gorriones, alguna urraca y por supuesto a los perros. Cuando me construí esta casa, por aquí abundaban los lagartos, alacranes, lechuzas y siempre sobrevolaba alguna rapaz, pero estos últimos por la causa que sea, son historia. Dejemos a los álamos, los olivos y otros vegetales. El gorrión siempre me ha parecido un animal curioso; primero habita en los cinco continentes, cosa rara en las demás especies (aparte de la nuestra, claro) y se adapta a cualquier hábitat, desde la ciudad al campo.
Perros y gorriones. ¿En qué piensan? ¿Con que lo pasan bien o mal? ¿Experimentan emociones? Tampoco estoy de acuerdo con lo escrito por ahí sobre estos temas, pero tengo la completa seguridad que nos distinguimos de ellos por el puto cerebro. Estoy convencido que lo hemos desarrollado más que cualquier bicho viviente pasado o actual. ¿Es bueno o malo para nosotros? He pensado mucho sobre esto, y estaría años haciéndolo y no llegaría a ninguna conclusión, entre otras cosas porque depende de tu estado de ánimo cuando te haces la pregunta. A una gacela cualquier depredador, se le come a una cría y la pena le dura cinco minutos, el instinto de supervivencia de ella misma, prioriza y hace que rápidamente oculte sus sentimientos. Esto lo he experimentado yo: Cuando entre en el hospital por la dichosa vejiga, era tal el dolor que sentía al expulsar los coágulos de sangre, que durante los tres o cuatro días que me duraron ni me acorde del mono del tabaco. Podía haber dejado de fumar, puesto que ya lo había pasado.
¿Qué pinto yo en esta vida? No puedo quejarme de lo vivido hasta ahora, viví una niñez feliz, tuve la primera bicicleta entre mis amigos, fui el único de ellos que estudió (sus padres en aquella época no se podían permitir esos lujos). Estuve navegando unos diez años, llegué a ser Jefe de Máquinas con veinticinco años, cuando lo normal era llegar a ese puesto con cincuenta, recorrí mucho mundo, conocí otras culturas, otros idiomas y sobre todo me di cuenta de que la mayoría de las cosas que me habían hecho creer hasta aquel momento eran mentira. La historia no era como me la habían contado (leí libros que en España estaban prohibidos), existían otras formas de gobierno, había más ricos que nosotros, y también sea dicho, mucha miseria por esos mundos.
Deje de navegar y los otros dos puestos que ocupe en tierra fueron de directivo
En el pasado he soñado mucho en que algún día me compraría un velero, llegaría al Pacifico, buscaría cualquier isla fuera de las rutas de navegación, y en la que me gustara, quemaría el barco, al igual que hizo Pizarro (que por cierto no es verdad que los quemara), para no poder volver. ¿Sería capaz de hacerlo ahora? Ni mucho menos, se perfectamente hasta donde llegan mis límites y no me veo manejando un velero de doce metros en medio de un temporal.
Hace unos días, creo hablé sobre la calidad de vida. ¿Qué es eso? Unos lo pasan como enanos jugando al dominó, mientras que yo ni he jugado en mi vida ni pienso hacerlo.
¿Lo volveré a pasar tan bien en Costa Rica? La vuelta me la había imaginado con mi pareja y ahora no termino de hacerme una idea de que voy a hacer allí.
¿Compraré la panga de la que tanto habíamos hablado? ¿O el terreno junto a la playa con el que ella había hecho tantos proyectos? No, creo que no.
Mientras esto llega, ¿me dedico a restaurar la Montesa Crono que ha traído mi hijo? A veces pienso que si empezara no pararía hasta conseguirlo, pero me cuesta tanto arrancar que dudo que le meta mano.
Podría irme al pueblo y sentarme en uno de los bancos de la plaza, siempre están ocupados y con alguien hablaría, pero ¿de qué? ¿De lo bien que lo va a hacer ahora el Rajoy? ¿O a criticar al alcalde? ¡Vamos hombre!
Escucho a mi hijo que creo que está haciendo unas estanterías e intentaré echarle una mano. Que piense Rita la cantaora.
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Y van tres. Vuelta al quirófano
Mañana no sé, pero hoy tengo la sensación de que puede ser el punto de inflexión de esta serie de calamidades (no encuentro otra palabra), que me han ocurrido durante los dos últimos años.
Anteayer estuve nuevamente en la mesa de operaciones y es la primera vez que me han dado buenas noticias. Si a esto le sumo que al fin han nombrado el partidor contador de mi dichosa herencia (no estoy pensando en el dinero, sino en resolver de una puta vez uno de los problemas que me hicieron volver de Costa Rica), es como para, al menos, levantar un poco el ánimo.
Lo del hospital, tampoco ha sido tan fácil. Entrada en recepción, me vuelven a marcar como a un borrego, y a la sala de espera de los que ingresábamos para operarnos. Se repite la historia: Llaman a todos menos a dos entre los que me encontraba yo, y coincidencias de la vida, los dos para Urología. Le cuento a mi compañero de fatigas que a mí me tocaba la semana pasada, pero por falta de camas, la postergaron hasta hoy y le digo si hoy no se repetirá la historia. Mientras esperábamos (nos habían citado a las ocho y eran más de la una y media, el hombre, me cuenta que ayer estuvo viendo sus olivos, por si era la última vez que los veía. Está claro que todo el que ingresa en un hospital va más bien acojonado. Para darle ánimos intento explicarle que nuestra operación es menor y que yo voy por la tercera.
Sobre las dos nos dicen que subamos a planta y ya la enfermera que nos vino a avisar, anticipó que algo raro pasaba. Nos esperaba el cirujano, y nos dice que solo pueden operar a uno, que no tienen tiempo para más. Me sube el cabreo y le digo que la semana pasada fue por falta de camas y que por esta no paso. Me elige a mí.
Había una cama libre, pero una con una mujer, y ya se sabe, la discriminación de sexos…
Me vuelven a meter en un trastero para que me quite la ropa, me ponga la bata, y al poco viene la enfermera me tiende en una camilla de curas y me vendan las piernas. Aparece un celador ya con una cama seria, y me llevan para el quirófano.
Espera a que acaben con el que tienen dentro, me ponen la espera en la mano y aparece por allí el anestesista que no daba con la medula (me imagino que es ahí donde pinchan), para anestesiarme de cintura para abajo, en la operación anterior.
¡Hombre, aquí está el marino!
Le pregunto por el hermano (que también lo es) y aprovecho para decirle que hoy si dará con el sitio.
No te preocupes, hoy tengo conmigo a un alumno aventajado que lo hace muy bien, me contesta.
Una vez en la mesa de operaciones, le digo al cirujano. Doy por supuesto que sabes el por qué estoy aquí, pero por si te sirve de algo, tengo la seguridad de que, no sé exactamente donde, tengo una obstrucción que no solo me impide orinar bien, sino que me duele al hacerlo. Menos mal que se lo dije, porque cuando me metió, el endoscopio, se quedó extrañado de lo bien que estaba la vejiga. Lo dijo de una forma como diciéndose ¿para qué me mandan a este aquí?
¡Bueno!, llevabas razón, tienes un estrechamiento en la uretra (que me han provocado ellos, me dije yo) y te voy a hacer una incisión y tendrás que estar una semana con una sonda puesta, para que al cicatrizar no se vuelva a cerrar. Listo y para recuperación.
Sigo diciendo que el estar dormido de cintura para abajo, es una sensación muy desagradable. Tu mente le manda órdenes para mover las piernas, pero estas no le hacen ni puñetero caso. Se perfectamente lo que sienten los que están en una silla de ruedas por esta causa.
Por fin a la habitación, justo la que hay frente al servicio de enfermería. Mi primer pensamiento: Difícil lo tengo el fumar.
Por lo pronto estoy solo en la habitación, así que una vez que me ponen el suero, y siendo ya experto en horario de visitas, aun con los pies y las nalgas acorchadas por la anestesia me voy al baño y me fumo mi primer cigarro. Eliminador de olores, y para la cama. Ni que decir tiene que viene la primera regañera de mis hijos.
Me traen a mi compañero de habitación, un gitano. Puedo asegurar que para nada soy racista, más bien estoy convencido que es todo lo contrario, o al menos tienen un complejo de inferioridad que les hace suponer que a los payos nos tratan mejor que a ellos. Venía acompañado de padres, hermanas, cuñadas, tíos y tías y no sé cuántos más. ¡Dios mío!, me digo, esto parece una feria. Se acabó la tranquilidad.
Ya era tarde y se van yendo a dios gracias.
Acabo haciéndome amigo de ellos.
Se van la mayor parte, pero el teléfono no para de sonar. Son familiares interesándose por su salud. El sentido de familia que tienen, lo envidio.
Mi hija se quería quedar conmigo, pero se lo quito de la cabeza. Como no voy a acordarme de María y de las muchas noches que paso conmigo. La recuerdo hecha un ovillo en esos sillones criminales para dormir. Con mi compañero se quedan el padre y la madre. El padre no paraba de entrar y salir durante toda la noche y no sé cuántas veces me despierta, momentos que aprovecho para quitarme el mono. Precisamente a las siete salía del baño y entra el enfermero más malafollá de toda la planta (no lo digo yo, lo dicen todos sus compañeros/as) y me regaña por estar levantado, le digo que según el cirujano dentro de un rato me voy y estoy haciendo prácticas. ¡Si, a mí me vas a engañar! Pues no pedazo de capullo, pensé yo. A mi gitano le regaña de tanto quejarse por el dolor.
La verdad es que lo del dolor tampoco lo comprendía yo. Hace cinco meses que le pronosticaron que tenía una piedra en la vejiga, y cuando lo metieron en el quirófano, vieron que ya no tenía nada, así que nada le hicieron. Él quería hacerse el mártir delante de la familia, pero es que la madre cada vez que la llamaban por teléfono decía poco más o menos que estaba en las últimas y cada vez que entraba una enfermera/o le decía que su hijo estaba muy mal. En su bolsa de la sonda se veía la orina limpia, o sea que era verdad que no le habían hecho nada. No son ni mejores ni peores que nosotros, son diferentes.
Ya estaban mis hijos allí. Pasa el tiempo y la visita del médico de planta, no llegaba. Ya esperaba lo peor, pasar otro dia allí, pero sobre las doce aparece el urólogo, que precisamente fue el que volvió a mandar a operarme, expresamente a darme el alta. Cuando me dice que probablemente nos volvamos ver cuando me hagan una revisión, le digo que me busque en Costa Rica. Él había estado allí un mes de vacaciones.
Salida del hospital.
Me he enrollado vilmente.
Mi hija quería, por narices, que me fuera al menos estos días a su casa, pero tenía bien claro que yo volvía a mi retiro.
No es agradable estar sondado y con una bolsa amarrada en la pierna, sobre todo temía que dormido, pudiera tener cualquier contratiempo, por supuesto desagradable.
Ocho días pasan pronto, y una cosa vencida.
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Pesimismo, desesperanza y disminución de la motivación.
El tiempo, típico de otoño. Aún quedan hojas en los álamos blancos, aunque ya han caído las del nogal y las de la catalpa.
En estos últimos días, amanece nublado, aunque hay ratos que se deja ver el sol, rayos que salgo para aprovecharlos. Cuando esto escribo llueve parejo y ya es noche cerrada. En un claro les he echado su comida a los perros y ya la única faena que me queda es prepararme la cena. Maldita las ganas que tengo de comer.
Mi hijo lleva dos días en la ciudad, por lo que aparte de la compañía de los perros, estoy más solo que la una. Incluso Sole que suele aparecer dos veces al día para ver si necesito algo, también ha desaparecido.
No es que mi hijo sea un gran conversador, más bien todo lo contrario, pero cuando está aquí no para de hacer cosas y o bien viéndolo o echándole una mano, el tiempo pasa más rápido.
Me encuentro triste, tengo un descenso del estado de ánimo, pesimismo, desesperanza y disminución de la motivación.
Aunque a María la veo cada vez más difusa, sin embargo nadie puede imaginarse lo que echo de menos su compañía. Es una sensación extraña, es como si me faltara parte de mí. No termino de acostumbrarme a que se haya marchado. No le perdono que me haya dejado. No es egoísmo sino más bien me siento responsable de que lo haya hecho.
No es cuestión de soledad, ni tampoco de falta de amigos, es vacío del alma.
En Costa Rica cada vez que me despertaba y veía la luz que entraba por la ventana, me decía tengo un día más de vida, tengo que aprovecharlo. Cada mañana era una vida nueva por descubrir, todo lo contrario de ahora, me despierto y me digo otro día más.
El mundo sigue, pero espero que estas sensaciones me vayan cambiando, si no, no merecería la pena.
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El dinero ni se crea ni se destruye, únicamente desaparece
No estoy para pensar mucho, pero me sigue teniendo intrigado donde está el dinero. En la actualidad hay en el mundo casi un 50% más de dinero que al comienzo de la crisis. En el verano de 2008, circulaban por el planeta aproximadamente 3,6 billones de dólares (cambiadas todas las monedas a la divisa estadounidense). A día de hoy, se superan ampliamente los 5 billones.
Hoy he pensado en los paraísos fiscales y me he estado informando un poco sobre el tema.
No sé exactamente si está aquí y para qué, pero dejo alguna información que cuando el serrín que tengo por cerebro, me vaya desapareciendo, profundizaré.
Si tienes ganas y tiempo, en primer lugar escucha esto
O si prefieres pincha sobre la imagen que continúa, y léete la página web que se desplegará.
Si así fuera, que jugada estarán preparando a la hora de sacarlo.
¿Es una forma de acojonar a los países del llamado primer mundo, para que bajemos los costes de producción a los de China con todas las consecuencias?
¡Vamos, que eso del estado del bienestar se acabó!
¿Para qué coño alguien querrá tanto dinero?
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Estoy hasta el gorro (Más bien de otras cosas)
La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco, más bien creo que en este sistema, están haciendo perder la cabeza a la gente y nadie se da cuenta. Las putadas que nos hacen, se ven como normales cuando no lo son.
Noche cumplí a rajatabla, lo que me indico el anestesista: Me puse la barriga una inyección de Heparina, cena ligera a las nueve, a las diez enema y a las once dos pastillas de Ceprandal. ¡Ah!, también me duche, porque me lo decían las instrucciones (Recuerdo que el resto de los europeos nos tomaban por guarros, y ahora es el Servicio Andaluz de Salud)
Me levanto a las seis, no bebo ni gota de agua, mucho menos desayunar, y a las ocho en punto estoy en recepción del hospital. Me marcan como si de un borrego se tratara, me mandan a una sala de espera, donde estarían unas veinte personas, las van llamando a todas y quedo solo. Pienso que al igual que la segunda vez que me operaron, no quedarían camas. Cuando ya creí ni me iban a llamar, baja uno de los que también esperaba para urología, y que ya lo habían hecho subir, y me dice que suba a la cuarta porque hoy no operan a nadie.
Subo, me dicen que me pase por secretaria, la que sale me dice como muy extrañada que si el medico no había hablado conmigo, le digo que no, me dice que espere, y al rato sale el médico y me explica que esta noche habían tenido un trasplante de riñón y de que hoy no me operan. Cuatro camas vacías.
Me pregunto: ¿es que no hay más quirófanos?, ¿es que no hay más cirujanos? Ellos lo llevan y ellos lo entienden. El médico me dice que vuelva el lunes, lo corrige la secretaria y me dice que el martes, y una aventura para que me den las medicinas que me tengo que aplicar el día antes.
Iba muy tranquilo y con el cuerpo hecho a que hoy acabaría, y se prolonga la agonía otra semana más.
Lo dicho estoy hasta los cojones de la Seguridad Social, de la Justicia y de este país. En África pasan hambre pero al menos siempre están con la sonrisa en la boca.
Al menos espero que al pobre hombre que le han trasplantado el riñón le haya ido bien.
La puntilla: Cuando salía me encuentro con Erika, la cardióloga de planta que tanto cuidó a María y que tanta amistad hicieron. Nos damos un par de besos y me dice que nadie en la planta comprendía el por qué tuvo ese final. ¡Peor me lo has puesto hijita!
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Agorafobia a los hospitales
Estoy en capilla. Dentro de media hora me tengo que poner en la barriga una inyección de Heparina (no sé qué carallo es ni para lo que sirve), cena ligera a las nueve, a las diez enema y a las once dos pastillas de Ceprandal. Todo esto porque estoy citado mañana a las ocho de la mañana en el hospital para la tercera operación de vejiga. Al citarme tan temprano, supongo que para medio día este operado.
Lo estoy pasando mal, en especial esta tarde. Vuelvo a repetir que no es miedo a la operación, sino que conforme se va acercando la hora voy notando la fobia que le he tomado a los hospitales.
La primera vez que me operaron, fui contentísimo; la segunda mantuve mi plática con cirujano y anestesista, pero esta vez no, estoy cabreado y si no tuviera problemas para orinar quizás no fuera.
Mis razones tengo.
Voy a pincharme.
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Mis miedos emocionales
Desde hace tiempo, presumía que el miedo para mí no exista, y ponía como ejemplo la muerte, de la que había estado cerca más de una vez y no solo no le temía sino que la deseaba (depresión), pero cada vez voy descubriendo cosas nuevas en este puto cerebro.
Ya me han llamado para volver a operarme de la vejiga (y van tres aparte de la cistoscopia) y en absoluto le tengo miedo a la operación en sí, todo lo contrario, estoy deseando cumplir lo que para mí es un trámite más. También es verdad es que ya le tengo fobia a los hospitales. Sin embargo sé que tengo miedo, que a su vez me provoca angustia y ansiedad, llamémosle emocional. ¿Sera la última? ¿Volverán con la quimioterapia, con lo cual seré dependiente del hospital otro año más? Mis pensamientos andan por otros rumbos, salga como salga la operación, el camino marcado en la parte oculta de mi mente, es que me voy a Costa Rica. Si dicen de hacerme la cistoscopia ¿esperaré? ¿Me vendrá incluso bien para ver si algunos problemas burocráticos que me trajeron a este país, se solucionan (van más de dos años)? Prevalece el mandar todo a tomar por el culo y largarme.
He hablado con Vanessa, y me dice que ya me tiene preparado un apartamento en Cóbano. No tiene playa, pero entre diez minutos y media hora de cualquiera de las que me gustan. Está en un bosque precioso con su riachuelo, por el cual pasa agua la mayor parte del año y además existe una especie de ambulatorio en el que me podrían poner la Mitomicina.
También es cierto que para el mes de Marzo que viene, me cumpliría mi documentación de residente, y volver a repetir los trámites seria de locos.
Antes decía que sobraban dedos de una mano para contar los amigos que tenía por esta parte del mudo, ahora estoy convencido que me sobran los cinco dedos y necesito hablar. Echo de menos a mi amigo Javier el loco y sus extrañas filosofías (de vez en cuando pienso en aquello que me decía de que todo lo que cae sube), a Norberto, a Diego y a tantos otros.
Si la parte contraria a mis dos pleitos pendientes, se llevan mi dinero, que les sirva para medicinas, y no es que le desee mal a nadie, pero no me entra en la cabeza, que siendo mis necesidades tan básicas, la gente pierde la cabeza por él.
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Sentimientos encontrados. Se va cerrando el baúl de los recuerdos
No sé si porque pasa el tiempo, o por las dosis de serotonina que me estoy metiendo en el cuerpo, pero llevo varios días en que estoy bastante mejor de ánimos, pero precisamente ayer tuve una pequeña lucha porque tenía sentimientos contradictorios.
Por una parte el encontrarme bien para mí era un gran paso, pero a la vez sentía como si estuviera traicionando a María. No es que no me acuerde de ella, no hay día que no esté en mis pensamientos, pero noto justo eso, que van pasando a ser recuerdos. Lejos van quedando los días en que no me creía que se hubiera ido.
La vida seguirá su curso, no sé qué es lo que me deparará, pero tengo la completa seguridad, que recordaré el tiempo que estuve junto a ella como una de las cosas más bonitas que me han pasado. Aunque a alguien le parezca extraño, también me quedo con la cara de paz que tenía ya en el ataúd.
En el baúl de los malos recuerdos, se irán quedando los tiempos de hospital y sobre todo el más desagradable, en el que apareció el cirujano diciéndonos que la cosa iba mal. En su cara noté que todo se había acabado, que se había dado por rendido. Quería que me tragara la tierra.
Espero no volver a tener un duelo como este, porque si mal lo pasas con la depresión, este, aunque distinto, también es una de las experiencias más desagradables que he tenido en la vida.
Mi hijo esta con Pedro arando el campo, y pronto aparecerán las hierbas, serán las más bonitas que haya visto.
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El hombre es el único animal… Facebook
Aunque nos dirigimos al solsticio de invierno, y por tanto los días van acortando, hay algunos que se me hacen eternos. También es verdad que cuando llega la hora de acostarme, le temo a la noche, los sueños y despertares a horas en las que no veo luz por la ventana no son en estos momentos nada agradables.
El ordenador [computadora por aquellos lares (Cada vez están más presentes en mi mente)] al que tanto odié en el trabajo (teníamos muchas obras en la calle y había quien quería resolverlas con este aparato), me fue de gran ayuda con la depresión y ahora lo está siendo en estos malos tragos. Incluso cuando tengo los cables completamente cruzados, me pongo con el solitario, cosa que me cabrea bastante porque al menos en mi etapa anterior ya era incluso un buen aprendiz de hacker.
Los otros días hablaba de la amistad y no se el por qué lo relacione con Facebook, quizás por aquella cantidad de correos que me llegaban con fulanito/a quiere ser tu amigo. Si mal no recuerdo cuando empecé a utilizarlo aún estaba solo en inglés. Había mas redes sociales pero esta les ha ganado el terreno a todas, entre otras cosas, por la cantidad de información que saca de todos nosotros [hasta la CIA está metida en el ajo (para qué el gasto inútil de la red Echelon)]. Pocos han leído Aceptación de estos Términos, que pinchamos para poder acceder. Entre otras lindezas dice (más o menos): La propiedad exclusiva y perpetua de toda la información e imágenes que publican. Incluso cuando los usuarios cancelan su cuenta la información y las imágenes permanecen.
Empezó a llamarme la atención que casi todos los programas de TV, te van haciendo una especie de encuesta para ver que opinan sobre el tema los videntes/oyentes a través de estas redes, pero poco a poco me voy dando cuenta que personas que no tienen ni puta idea de ordenadores, están metidos en Facebook o en Twitter. Algo así como el que no esté metido es un cateto. ¡Vamos, que no tienes un bemeuve!
Algo ha debido pasar desde que yo me di de baja, me digo, y olvidándome del solitario hace unos días me volví a dar de alta. Eso sí, al igual que en este blog no doy un solo dato mío, tan es así que no me dejaba entrar porque en la edad había puesto un año y después he comprobado que el mínimo es trece, cosa inútil, porque de todas formas te tienen al menos localizado. Un caso curioso: Mete en Google una palabra como por ejemplo odontólogos, y conforme vas escribiendo, sale un desplegable de ayuda, y aparte de la palabra sola te salen varias más que te dicen odontólogos en tu ciudad o en las que te rodean.
Lo primero que noto es que ha cambiado la interfaz de usuario, lo segundo que ya me han salido más de cincuenta amigos/as aparte de un personas que conoces. Es admirable, la cantidad de personas que conocen a un tal Perroverde y que además se apellida Sinnombre con una edad de veinte años. Por mucho que se empeñe Facebook, esa persona no existe. ¿Cómo me han puesto a tiro a tantas personas que conocía? ¿Cómo me han relacionado con la primera vez que mi di de alta en la que si di mis datos? No, por la IP, seguro que no es. Lo de Orwell, ya es cosa de niños.
Las herramientas de que dispone hay que hacer un curso de informática. He intentado meter este blog y al final lo he conseguido a medias (las ultimas veinticinco escritos, incluso este que los pongo a parir, aparecen en Mis notas) y no pienso insistir, porque tengo el tiempo contado para eliminar mi cuenta nuevamente.
Bajo ningún concepto estoy criticando a las personas que utilizan estas redes, simplemente a mí no me van, puede que por lo que decía de la amistad, en este caso cibernética. De todas formas por si quieres darte de baja (te aseguro no es fácil dar con la forma de hacerlo) aquí te dejo este enlace.
No me imagino a Rajoy twitteando, pero sí al equipo que tiene detrás, por supuesto pagándolo nosotros, contestándole a las preguntas. Hay que tener en cuenta que un desconocido como Obama, llego a presidente de USA por estas redes, él no va a ser menos.
Por cierto el otro gigante, Google, ha sacado otra, Google+.
Otro día menos. Hoy, en especial esta noche pasada ha, llovido bien y mientras he escrito esto he dejado tranquilo al pobre solitario y la mente la he tenido ocupada. Algo es algo.
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Perdido entre caminos
Si tienes un buen amigo: ¡mantente alejado de él! La verdad sea dicha, reconozco que soy un insociable, al menos en esta parte del mundo, pero me encuentro en una gran encrucijada y es triste no tener con quien desahogarse.
Por la muerte de María he tenido algún correo y alguna llamada, digamos dándome el dichoso pésame, pero no, la amistad es mucho más que eso. Hay momentos difíciles en esta vida, como el que estoy atravesando y necesitarías a alguien con quien abrirte, y no siempre va a ser el psiquiatra. Ni siquiera pediría consejos, y por supuesto mucho menos dinero, pero estoy seguro que el solo hecho de que te escucharan, seria de un gran alivio.
¿Se me va a olvidar María? Difícil lo veo. Nos lo contábamos todo.
Me encuentro andando por un camino con paso lento y a lo lejos veo varias bifurcaciones, sabiendo que alguna forzosamente tendré que coger, pero por más que pienso en todas veo dudas y en algunas me niego a seguirlas, aunque puede que sean las que más me convienen.
En teoría ya me tenían que haber llamado para volver a operarme de la vejiga, y aunque tengo momentos en que me digo que se opere Rita, sé que tengo que hacerlo, porque noto que algo me dejaron mal.
Mientras me operan, si tengo la certeza (me anestesian de cintura para abajo), de decirle al cirujano que la deje lo mejor posible porque lo que es por ahora no pienso volver. Tiempo tardara en que se me desarrolle otro tumor, y lo que es la quimioterapia la primera vez no me sirvió de nada.
Salgo del hospital y me vuelvo a Costa Rica. Por ahora es el camino que veo más factible. El tiempo que pasé allí fue uno de los más felices, pero también me acuerdo, que más de una vez me faltaba un hombro en el que apoyar mi cabeza, hasta que llego María. Puede que fuera la felicidad completa, Esto seguro que me volverá a ocurrir y mujeres que sean mi pareja ni quiero ni las habrá. Te ven como a un pensionado con el que asegurar su vida.
Me veo cansado y con falta de ideas así que lo mejor es que me deje llevar por la corriente, quedarme aquí y ya vendrán tiempos mejores en el que pueda decidir con más lucidez.
Igual que durante mi depresión la soledad me vino muy bien, ahora no la deseo, y sigo pensando que la felicidad está en el camino de buscarla. Tengo un ejemplo que lo certifica: Mi hijo es por la noche cuando les echa la comida a los perros. Cuando ellos calculan que es la hora, no paran de arañar la puerta y cuando sale a por los cacharros donde aparte del pienso les hecha los restos de nuestra comida, entran haciendo grandes fiestas. Les pone la comida y algunas veces ni siquiera la tocan.
Tengo más caminos.
María, aunque digas que soy un egoísta, no me tenías que haberme dejado. Nadie te necesitaba como yo.
Cuando el mundo que nos rodea es muy poco humano, resulta muy humano alejarse de él.
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Mis desavenencias con la justicia o lo que sea. Continúa la Ley de Murphy
Con esto de la crisis, no paran de darnos el coñazo con que la productividad en España es baja con respecto a los demás países de Europa, y es verdad. La productividad, es la relación entre los resultados y el tiempo utilizado para obtenerlos: cuanto menor sea el tiempo que lleve obtener el resultado deseado, más productivo es el sistema.
Por otra parte también nos aseguran que España es el tercer país con la jornada laboral más larga. Algo falla.
No digamos si hablamos de la justicia. La Administración de Justicia sufre un eterno desfase entre el volumen de asuntos que se tramitan al año y el número de Juzgados encargados de dicha tramitación, y puede que sea verdad, pero cuando hablamos de justicia ¿a que nos referimos? Seguro todos pensamos en el conjunto de juzgados y tribunales, integrado por jueces y magistrados, que tienen la potestad de administrarla, pero no, alrededor hay una serie de elementos llamémosles, fiscales, letrados, procuradores, peritos tasadores, partidores/contadores, además de los funcionarios que rodean a esos jueces y magistrados. También es verdad, que los jueces, son los que están acaparando la mala fama, encima de que son pocos en su conjunto, es sabido el dicho, en cuanto a maleantes de poca monta: Entran por una puerta (del juzgado se sobreentiende) y a los cinco minutos están fuera. Pues no señor, la culpa la tienen los políticos que son los que hacen las leyes. Ellos se limitan a cumplirlas.
He mencionado anteriormente que vine de Costa Rica, para resolver unos problemas burocráticos, cuando en realidad eran problemas relacionados con la justicia. Los dos principales relacionados con mi divorcio y con la partición de una herencia. Mi divorcio fue unos años antes de marcharme hacia aquellos lares y la muerte de mi madre a mitad de mi estancia.
Mencionaba antes a personajes relacionados con la justicia, pero hay otros entes, como Hacienda, Ayuntamientos, compañías de electricidad y de agua que no paraban de amargarme la vida, en especial Hacienda, que se chupó 10.000 euros, vete a saber por culpa de quien, y aunque estuve a intentar desliarlo cuando volví, aparte de que ni ellos mismos se aclaraban, abandoné porque Hacienda siempre lleva la razón. Con la iglesia hemos topado. Una de las causas, es que aparecía como receptor de una herencia de la que no solo había recibido, sino que sigo sin recibir un puto dólar. Pero también era dueño no solo de la casa en que vivo, sino también con la que se quedo mi ex. ¡Vamos, que soy propietario de mas casas que las expropiadas por todos los bancos juntos!
Cuando mi divorcio, fui recomendado a uno de los mejores abogados, pero vino no sé cuantas veces a verme una letrada, amiga de una de mis hijas y yo en aquel tiempo que estaba con mi depresión la tomé más bien como alguien que me ayudaba a salir de ella y me convenció para que me cambiara, que ella me llevaría el caso. Si hay alguien en este mundo tonta/improductiva, esta es la que más.
Le deje un poder para que continuara con la separación de bienes, y en todo el tiempo que estuve allí, no movió un solo papel. Cuando volví me vi con ella y le dije que con la máxima urgencia activara el caso. Voy para los tres años que estoy aquí y nada de nada. Su pretexto, que hay un banco que no ha mandado al juzgado mis cuentas en la fecha del divorcio. No se lo cree ni el que asó la manteca.
Pero si ella es tonta, yo le gano por goleada. Mis hermanicas, aparte de llevar a mi madre, moribunda, al notario para que testara a su favor, ahora le estaban dando largas al asunto para quedarse con todo. Me dije esto son habas contadas así que para que voy a buscarme otro abogado, que mi tonta (o quizás demasiado lista), me reclame por el juzgado. Año y medio y ayer, que recuperándome de mi atontamiento, decido llamarla (como es lógico estaba reunida y me llamaría después) y cuando hablo con ella me sale parte de la mala leche que tengo acumulada. Al final después de llamar a procuradora y a otros abogados, me dice que el Juzgado, en Abril, les había comunicado que buscaran al partidor contador y nadie se había enterado. No sé cuantos meses perdidos. Y que no haya un contubernio entre abogados.
Estoy convencido, más que justicia lenta, lo que hay alrededor de la misma es una buena manada de inútiles.
¿Qué voy a hacer ahora? ¿A quién reclamo? Por lo pronto ¡a joderse tocan! Al menos me he desahogado. Derecho al pataleo se llamaba antes.
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Sin ideas y la mente en blanco
Este puto cerebro, me ha gastado tantas bromas de mal gusto, que creía saber, si no todas, al menos las más jodidas, pero no, esta cosa que tenemos encima de los hombros, es una caja de sorpresas. Ahora me toca tener la mente en blanco. Es curioso que en mi pasada depresión hacia verdaderos esfuerzos para que esto ocurriera, y ahora sin buscarlo aflora como si de una mala hierba se tratara.
La falta de ideas, el bloqueo mental me produce la sensación de que no puedo avanzar, resulta angustioso y provoca los sentimientos más pesimistas sobre mi futuro.
La falta de ideas, la frustración de no poder avanzar genera estrés, y al revés: el no tener ideas nuevas aumenta nuestra ansiedad y nuestro estrés, leo por ahí, pero se da el caso curioso que ahora, que tanto la ansiedad como el dichoso estrés los tenía dominados, es cuando mis neuronas se han tomado un descanso.
No quiero volver atrás.
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Alguien nos observa desde el infinito
Después de este extraño otoño, hoy es el primer día gris y lluvioso. Bueno, lo de lluvioso vamos a dejarlo, porque la lluvia que cae, ni jode ni deja joder; la suficiente para tenerte encerrado en la casa, pero que en el campo no está calando ni para las hiervas. Lo cierto es que si en los días soleados que hemos dejado atrás, mi cuerpo no me pedía bailar sevillanas, pero hoy mejor que me absorbiera un agujero negro. Me vengo al ordenador e intento distraerme/ investigar, pero la mente se me va a la parte oscura de las cosas.
También es verdad que he recibido una llamada de un familiar de María, y si tenía dudas, hoy lo he certificado: El mundo sigue, cada cual sigue con sus problemas, y de lo que menos hemos hablado es de ella. Ya es pasado. Incluso para mí. Por mucho que la recuerde todos los días, noto que esos pensamientos son cada vez más difusos.
Cuando a alguien le decía que la felicidad esta en el camino de su búsqueda (ahora no tengo fuerzas para emprender ese camino), me contestó: La vida, igual que se esconde ases (me imagino a esos ases envenenados) que saca cuando menos te lo esperas, también guarda bonitos regalos para asombrarte. Pienso que no, que en el mejor de los casos, al menos a mí en esta última parte de la vida, ha sido una ruleta rusa, en lo que lo mejor que me ha podido pasar es que no saliera la bala, aunque ha habido un momento especial en el que con toda mi alma lo hubiera deseado.
Esta vida es injusta, o cada cual tiene lo que se merece, son otras de las frases que no he parado de escuchar. Tampoco estoy de acuerdo. Cuando nos referimos a la vida, ¿a cuál de ellas nos apuntamos?, a la de una persona, a la del planeta Tierra, o a la del universo. ¿Qué culpa tiene un niño somalí de haber nacido en el cuerno de África? Y esos búfalos que se acercan, en época de sequia, a esos abrevaderos en los que saben que les esperan toda clase de depredadores. ¿Cuál cae? ¿El que ha hecho cosas peores en esta vida? No, cae el que se pone a beber más cerca del hambriento cocodrilo.
No creo que María fuera esto lo que se mereciera. Creo que ha tenido una vida difícil y justo cuando empezaba a ser feliz, se la come el cocodrilo. ¡Maldito depredador!
Seguimos creyéndonos (los humanos) el centro del universo y no somos más que unas amebas engordadas. Gran parte de culpa de que pensemos así la han tenido las religiones.
¿Quién les iba a decir a los dinosaurios, que dominaron los ecosistemas terrestres del Mesozoico durante unos 160 millones de años, que un día iban a desaparecer? El puñetero homo sapiens que hoy conocemos, lleva sobre este punto del universo, entre 100.000 y 200.000 años. Pero sin llegar a los dinosaurios, el por qué desaparecieron de la tierra otras especies de homos como hombre de Neandertal, hace 28.000 años (¡vamos!, un suspiro). Estoy convencido de que un día, esos que como he dicho, nos consideramos el centro del mundo, desaparecerán (espero yo haberlo hecho antes), y esto no lo digo yo, la OMS, dice “la humanidad es la especie más importante amenazada”, pero la catástrofe, más bien será una liberación del planeta de esta especie dañina.
Mi idea era hablar sobre María, y en el olvido a que ya la estamos sometiendo, pero me he ido por las ramas, como siempre.
En un escrito anterior, dije que podía hablar sobre los neutrinos, pero que dentro de mi cerebro solo había serrín, pero hoy voy a mencionar algo: Miles de millones de neutrinos, pasan por nuestro pulgar cada segundo, es decir, ahora mismo están atravesando todo nuestro cuerpo con un autentico bombardeo. Sin embargo son como pequeños fantasmas que no interaccionan con nada, por lo que no nos enteramos. Estos neutrinos pueden venir del sol, atravesar toda la tierra y seguir su camino hasta las infinidades del cosmos, llevando una pequeñita esencia de nosotros (Sonia Fernández-Vidal), pues bien parte de su esencia, por pequeña que sea nos estará observando desde el infinito, puesto que recordemos que como mínimo, viajan a la velocidad de la luz. Miraré hacia el firmamento.
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Diario de mis hospitales
Así se tenía que haber llamado este blog. Por circunstancias que solo el destino nos puede llevar, en los últimos tiempos, los he visitado más que en toda mi vida junta, pero la ultima, concretamente ayer, ni hubiera aparecido a no ser porque me aviso el ordenador, tal era el tiempo que me habían dado para el especialista.
Hace años, antes de irme a Costa Rica, mis paseos por el campo, con la moto, no había quien me los quitara. Un puente se lo había llevado una torrentera, cabezón yo, me empeñe en seguir y el desenlace fue que volqué, quedando la moto arrancada y con el depósito hacia abajo soltando gasolina. Me encontraba lejos de cualquier ruta normal, y o la paraba para evitar el incendio de la misma o rápidamente la ponía de pie, temiendo que no me volviera a arrancar. Esto último fue lo que hice. En ese momento se me antojó que pesaba menos que una pluma (más de 250 Kg), seguí ruta, pero al otro día estaba hecho un cuatro y sin posibilidades de enderezarme. Algo se me jodió en la zona lumbar, y cada vez que hacia un esfuerzo como coger una bombona de butano me volvía a dejar hecho una alcayata.
La cosa fue a más, y ya no era el hecho de levantar una simple maceta, sino que algunas mañanas ya me levantaba doblado sin haber hecho ningún esfuerzo. Cada vez que iba al médico, me recetaba una pomada que en nada me aliviaba.
Esto es para mí, para toda la vida, me dije, con no hacer esfuerzos, santas pascuas, pero María, que para ella no quería un medico ni de visita, se empeñó en que me lo curara, y aquí empezó la aventura.
Me pidió cita para mi médico de cabecera, aquel día no estaba, ella removió cielo y tierra y me vio otro médico de familia, que rápidamente me despachó diciéndome que pidiera cita para hacerme una radiografía. Pasó el tiempo (ya estaba ella en el hospital) y fui y me la hice.
Vuelta a mi médico y tampoco estaba. Me ve una Dra. que también me quita de encima mandándome la dichosa pomada y unas píldoras para el dolor, hasta que me viera mi médico. Ya no recuerdo al cuanto tiempo al fin me ve (no había estado de vacaciones), ve la radiografía, dice que el allí no ve nada, pero pone todas las pegas posibles para que me vea un especialista. Al final cede y otra vez que pida cita. Hasta ayer. Un robot, tipo para tal cosa marque el uno… va avisando a los pacientes que pases a la consulta ocho, o tres (o la que te toque). Una hora de espera, a pesar de que en el documento que llevaba decía que la hora de la cita era a las 9h 46m y por fin me ve el traumatólogo. Busca mi historial y no lo encuentra. Mira la radiografía y tampoco ve nada. Me tiende en la camilla, me ausculta y no me duele nada en absoluto. La Ley de Murphy, también trabaja al revés, me digo, pero el hombre da por hecho que yo no voy a estar allí por hacerle perder el tiempo y me dice que puede ser un ligamento o algo por el estilo y me manda a que pida cita para hacerme una RM (resonancia magnética).
Otra hora en la cola y cuando me atiende la muchacha, me dice que me avisarán o bien por carta o por teléfono, pero que si a finales de Diciembre no lo han hecho, vaya a protestar, me dice donde, y volveré a la lista de espera.
Pienso en cuantos podían pedir la baja médica por este sistema y también pienso que no creo que sea esta la misma metodología que usen con un jugador del Real Madrid o del Alcoyano.
No es esto lo que me preocupa en esta vida, ni mucho menos, si me preocupa en que la Seguridad Social va cayendo en picado. Otra de las genialidades que se les ha ocurrido, es que si te estás muriendo y te pagas a un especialista, no te recetan lo que te haya dicho, tiene que ser recetado por un especialista de ellos, así que o te compras tu las medicinas o las pasas putas, o te mueres antes de que te lleguen por su método.
También me preocupa que después de haber ya pasado por el anestesista de preoperatorio, y antes por todas las pruebas correspondientes, no me hayan llamado todavía para operarme de la vejiga y espero que sea la última vez, porque tengo la impresión de que están experimentando conmigo.
Mi vida se debe ir normalizando cuando soy capaz de escribir estas chorradas.
Tengo ganas de volar.
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